Al grito de “Ceuta y Melilla marroquí” o “nuestro rey es
Mohamed VI”, unas tres mil personas, la mayoría porteadores,
intentaron asaltar la frontera del Tarajal, intento que fue
repelido por las Fuerzas del Seguridad españolas.
Eran las 11,20 hora cuando los concentrados decidieron
manifestarse de forma violenta tras ver que el paso
fronterizo del Tarajal estaba cerrado. La muchedumbre se
dirigió hasta la cancela en un claro intento de entrar por
la fuerza y los agentes de la UIP y UPR de la Policía
Nacional que custodiaban la zona comenzaron a disparar y
lanzar botes de humo para que el gentío se disolviese. La
respuesta fue inmediata; miles de marroquíes comenzaron a
arrojar piedras, maderas, tubos de hierro y todo lo que
encontraban a su paso contra los agentes actuantes.
Estos primeros escarceos dieron paso a lo que en sí fueron
los momentos más violentos de la jornada. Hasta la doce
menos cuarto lo que se sucedió fue una batalla campal con un
intercambio de piedras, botes de humo y disparos de salva.
Fue en este momento cuando los manifestantes empezaron a
ocasionar los primeros destrozos en las instalaciones
marroquíes. Solo fueron dos minutos de calma y de respiro
para ambas partes. Tras ello, los concentrados volvieron a
la carga, aunque en esta ocasión con más violencia aún y los
policías españoles tuvieron que hacer uso ya de las pelotas
de goma, puesto que ya no sólo era el intento de asaltar la
cancela, sino que empezaron los destrozos en la misma, en un
claro intento de entrada casi por la fuerza.
El enfrentamiento duró hasta las doce de la mañana, cuando
los agentes del CNP comenzaron a retirarse lentamente unos
metros de la zona caliente y aparecieron en la zona
internacional los agentes de la policía marroquí, que
lograron instalar unas vallas como pudieron para contener a
la masa, que en ese momento estaba muy enfurecida y
empleándose con mucha violencia contra los policías
nacionales.
Ambulancias marroquíes
En plena ebullición del conflicto, hasta la zona llegó una
ambulancia de Protección Civil que poco a poco y con la
ayuda los policías del país vecino se abría paso hasta
llegar cerca de la verja española para atender, al parecer a
una persona herida.
En ese mismo momento y hasta la frontera marroquí -eran ya
las doce y media de la mañana- comenzaron a llegar varios
vehículos policiales del vecinos país en los que viajaban
dotaciones de agentes antidisturbios. La masa seguía
contenida, aunque en la misma actitud beligerante que con
anterioridad.
Acto seguido se reprodujo un rebrote de los manifestantes,
que lograron atar a la valla española una camiseta roja con
la bandera marroquí.
Mientras, en la frontera española, que permanecía cerrada,
llegaban dos ambulancias para atender y trasladar a los
agentes heridos y contusionados.
La llegada de un helicóptero
Era ya la una menos cuarto de la tarde cuando la zona empezó
a ser sobrevolada por un helicóptero marroquí, aunque no se
distinguía identificación alguna. El aparato estuvo algún
tiempo sobrevolando en círculo todo el lugar de conflicto,
lo que provocó que el gentío volviese a soliviantarse y a
ponerse agresivo de nuevo, aunque la presencia de los
agentes marroquíes. Según las noticias obtenidas por este
periódico en la parte marroquí fueron entre siete y ocho los
heridos entre policías y civiles. También corrió la noticia
de que se habrían producido dos muertos en la avalancha,
aunque esto no pudo ser confirmado ayer. La zona de la
frontera quedó llena de piedras y sobre las dos de la tarde,
los antidisturbios marroquíes comenzaron a dispersar a los
concentrados, llevándose a cabo la limpieza de la zona de la
frontera española. La normalidad en la frontera se restauró
sobre las cuatro de la tarde.
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