ACTUALIDAD - VIERNES, 11 DE JULIO DE 2014

CEUTA
V.S.C.
ceuta@elpueblodeceuta.com

Más de cincuenta hectáreas de monte en García Aldave han quedado arrasadas por el fuego que se declaró el pasado miércoles y que mantuvo en jaque a los bomberos durante dieciséis horas hasta que se logró extinguir por completo a las 6.45 horas de ayer jueves. El viento y la orografía de la zona, el incendio se declaró en el arroyo de Calamocarro y se propagó hasta el fuerte Anyera, complicaron las labores de extinción y convirtieron este fuego en uno de los más graves que se ha declarado en Ceuta, junto con el de 1982 y el de 1993, ambos también en la zona de García Aldave.

Tras una noche intensa en la que varios retenes del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) y miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) llegados desde la península estuvieron de guardia apagando las últimas llamas, el jefe de Bomberos, Manuel Gentil y la consejera de Presidencia, Yolanda Bel, comparecieron ayer por la mañana para hacer balance del suceso. A esas horas todavía se estaba trabajando para refrescar la zona afectada y Bel informaba sobre los datos de este incendio que se declaró a las 14.30 horas y sobre el que se vertieron 700.000 litros de agua desde tierra, además de miles de litros desde los hidroaviones que llegaron de Málaga aportados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, al que la Ciudad Autónoma le pidió ayuda.

Por su parte, Gentil explicó cómo el retén que tienen en la época estival en García Aldave fue clave para actuar con rapidez así como los hidroaviones para controlar las llamas. El SEIS movilizó a todos los efectivos y alertó a los que estaban fuera de servicio. En total 36 bomberos se desplazaron hasta la zona. ”Como en los cuarenta años que llevo de servicio, el personal ha estado a disposición para dar la cara, y me siento muy satisfecho”. Sobre el origen del incendio, el jefe de Bomberos explicó que el fuego pudo ser provocado o deberse a una negligencia, pero descartó que se trate de un suceso fortuito.

Vigilancia itinerante

El problema más grave al que se enfrentaron los miembros del SEIS fue el viento cambiante y así lo destacó el jefe de Bomberos para contar como si el fuego hubiera cruzado el Monte de la Tortuga “se hubiera complicado” la situación. Afortunadamente, el fuego no obligó a desalojar ninguna vivienda. A las 12.30 horas la UME se retiró al concluir las labores de refresco. No obstante, por precaución, el SEIS ha destinado a la zona el retén que de manera fija tiene en García Aldave, y otro de refuerzo, que vigilará de manera itinerante la zona.
 

El origen del incendio se desconoce, pero
el jefe de Bomberos recuerda que “el monte no arde solo”

Ante la pregunta de si el fuego fue intencionado o no, el jefe de Bomberos, Manuel Gentil, respondió que pensaba que sí. “Las cosas no salen ardiendo por si solas y el monte tampoco”, recordó. No obstante, todavía hay que aclarar si fue intencionado o por una negligencia. El incendio tuvo varios puntos activos debido al viento de levante cambiante que propagó el fuego, aunque no de forma uniforme, ya que las llamas iban saltando de unas zonas a otras, quedando algunas intactas, según explicó Gentil. “En un principio lo cogimos bien y lo estábamos esperando en la zona hacia la que se dirigía cuando de pronto saltó a otras zonas”, relató para señalar como el viento fue clave para que el fuego llegara hasta el perímetro fronterizo. “Nos volvió locos, no dábamos abasto porque íbamos a un sitio para apagar el fuego y de pronto saltaba en otro. Fue muy complicado”, explicó Gentil. “Fue un solo foco, pero el viento lo llevo de un lado a otro”, aclaró ante las dudas de que hubiera varios orígenes.