El consejero de Turismo, Festejos, Juventud y Deportes,
Premi Mirchandani, aportó poco, en cuanto a lo que
aclaración se refiere, a todo el escándalo que se ha
originado con el asunto de las contrataciones de la
recientemente celebrada Feria de Día Gastronómica
Lo único claro es que toda esta historia ya se ha cobrado
una víctima política, que ha sido el viceconsejero de
Festejos, Salvador Jaramillo, al que el consejero del mismo
ramo señaló como “gestor,” y por tanto hay que entender
autor, de todas las gestiones para realizar la Feria. El
viceconsejero presentó ayer su dimisión del cargo, según
anunció Premi Mirchandani.
Pero realmente ¿qué es lo que ha pasado? Según las palabras
del consejero, uno de los principales escollos ha estribado
en la premura de tiempo con la que se han tenido para llevar
a cabo todas las gestiones necesarias para la celebración de
la feria, motivada por los continuos cambios de fechas
barajadas por su Consejería. Primero se iba a celebrar en la
misma fecha que en su anterior edición, finales de agosto
primeros de septiembre, luego se pensó en julio, “ya que
junio está plagado de actos; celebración de San Antonio, el
Corpus y San Juan”, y al final la fecha elegida, dijo el
consejero ayer en una comparecencia pública, en la que entró
en muchas contradicciones y en las que desveló que firmó
toda los decretos ya que contaba con las informes jurídicos
y técnicos necesarios, que avalaban la necesidad del gasto,
la reserva de créditos para atender los mismos y los más
importante, los precios. Aunque estos al fin y a la postre
han sido los que han desencadenado todo el tsunami político
que se vive en la ciudad desde dos días antes de que la
Feria de Día se pusiese en marcha tras la denuncia de
Caballas sobre un presunto fraccionamiento de contrato con
cantidades, a juicio de los localistas, que en algunos de
los casos llegaban a superar el cien por cien del coste real
de los servicios.
Pero lo curioso del caso es que aunque todo el expediente se
ha diligenciado de “forma correcta”, según el consejero, el
interventor, en un informe que aún no ha terminado de
confeccionar pero del que adelantó datos al consejero en la
mañana de ayer, ha advertido que ha existido “mala praxis
administrativa”, con lo que a los proveedores se le pagará a
razón de lo que se estime en ese informe, menos al de la
empresa de los toldos, de lo que Premi dijo que no se
abonará “ni un duro”. Este anuncio, ratificado por el
consejero, a preguntas de los periodistas, se antoja
complicado, ya que es entendible que si una empresa ha
presentado un presupuesto para prestar un servicio por una
cantidad determinada y este ha sido aceptado, se ha
contratado el servicio y éste se ha realizado correctamente,
difícilmente la misma se va a conformar con que ahora se le
reajuste el precio de sus servicios, por lo que todo apunta
que el asunto terminará en los Juzgados.
En sus declaraciones, lo primero que hizo el consejero fue
justificar la premura de tiempo, algo que justificó cuando
dijo que “hubo que hacer los contratos con tal urgencia
porque temíamos que no nos daba tiempo a que estuvieran
materializados para cuando se fuese a inaugurar”.
Así, el consejero hizo referencia a cuatro contratos en
concreto, al de los servicios sanitarios, carpas, toldos y
montaje de los toldos y hubo que hacerlo con empresas de
foráneas porque, según Premi Mirchandani, en “Ceuta no hay
ninguna empresa que nos suministre las carpas de este tipo”,
algo que no se ajusta a la realidad, según ha constatado
este periódico.
Pese a lo afirmado, dijo que si se hicieron gestiones para
que el suministro lo hiciese una empresa local, y aunque no
desveló el nombre de la misma, agregó que “las tenían que
alquilar a una empresa de la península y no confirmaba que
pudiese estar, con lo que nos dirigimos a la empresa
suministradora”.
Lo mismo se hizo con los sanitarios. Tampoco hay empresas en
Ceuta que “cuenten con 16 servicios públicos y también nos
decían lo mismo”. Las afirmaciones de Mirchandani fueron
eso, palabras, ya que en ningún momento se exhibió un
documento que acreditase nada de esa gestión.
Los toldos
El caso de los toldos aún ha sido peor a tenor de las
explicaciones facilitadas por el consejero de Festejos,
quién dijo que el año pasado el ejército “nos facilitó el
suministro y la colocación del toldo” y que este año
contaban con ello, aunque “a tres o cuatro semanas de la
feria nos comentaron que solo podían acceder a dejarnos las
telas mimetizadas y no a la colocación”, con lo que ante la
premura de tiempo “se contacta con una empresa que es la que
nos puede hacer el suministro”, empresa “que emite un
certificado en el que dice que pueden suministrar” el toldo
pero que no pueden colocarlo porque “en esta fecha no lo
hacen”.
Solución, en vez de usar trabajadores municipales para
instalar los todos ofrecidos por el ejército, “ante la
premura volvemos a contactar con una empresa que se dedica a
colocar los toldos”. En este sentido, Premi matizó que la
instalación de los toldos no se va a pagar porque existen
unos informes técnicos donde se demuestra que no la
“colocación no se adaptaba al informe previo que consta en
el expediente”.
Todos los expedientes, dijo el consejero, “cuentan con todos
los informes desde el inicio de la tramitación. Un informe
jurídico con la necesidad de la contratación del servicio,
una reserva de crédito por la intervención de la Ciudad, un
informe técnico que eso se debe contratar y los precios a
los que se puede contratar, y nosotros estamos por debajo de
esos precios”.
De las palabras de Mirchandani queda claro que los técnicos
de su Consejería dieron el visto bueno a todos los precios
de las contrataciones.
Mala praxis
El viernes, agregó, la Ciudad encargó un informe a la
Intervención, que “no había procedido a la fiscalización de
los expedientes y donde se observa por parte del
interventor, que me lo comunica verbalmente esta misma
mañana -por ayer-, una mala praxis administrativa” en la
tramitación del expediente”.
La justificación que dio el consejero para la mala praxis
citada “es por los cambios de fechas y que ha provocado este
tipo de contratos”.
Este motivo ha sido el que ha utilizado, según Mirchandani,
el viceconsejero para presentar su dimisión, con lo que el
consejero señalaba claramente con sus palabras a Salvador
Jaramillo, viceconsejero, como culpable. Algo que quedó
corroborado cuando afirmó que al conocer las malas praxis y
“con el reconocimiento de que ha sido el gestor del
expediente, ha optado por dimitir”.
Pese a ello, Mirchandani calificó la dimisión como un gesto
de “responsabilidad política y para no dañar la
institución”, de que ha salido de la institución “por la
puerta grande” y eso le honra. Su sustituto será el
viceconsejero de Juventud, Deportes y Turismo, Manuel
Coronado.
|
La repercusión económica de la Feria puede estar en torno a
los cuatrocientos mil euros
El consejero de Festejos, al
margen de las pobres explicaciones que dio ayer a los medios
de comunicación sobre las gestiones realizadas en las
contrataciones de la Feria de Día, valoró muy positivamente
el acontecimiento, resaltando la asistencia de público que
ha tenido la misma durante los tres días, “muy superior el
viernes y el sábado, aunque con un índice de participación
muy alto el domingo”. Esto viene a poner de manifiesto la
demanda que existía. La repercusión económica, según los
cálculos hechos con los hosteleros que han participado, “se
sitúa en torno a los cuatrocientos mil euros”, que significa
“más del doble de lo que la Ciudad ha invertido para su
desarrollo”. Pero no solo hay que valorar, según el
consejero, la repercusión económica, sino también la
mediática, sobre todo el primer día. Existen prevsiones de
publicación en las revistas Pronto, Hola y Lecturas, también
en el programa televisivo de Sálvame y también en todos los
medios de comunicación del Grupo Vocento.
|