Los rumores siempre apuntaron a que la intención que se
persiguió con la provocación de este escándalo era el de
derrocarle como hombre fuerte del partido y del gobierno,
algo que Pedro Gordillo asegura que fue así, porque pudo
comprobar que todo estaba dirigido “para que dimitiera y
para que saliera, por lo que lo que querían aquí es que no
continuara en política, eso es lo que he deducido”, dijo.
Añadió que “los hechos que acaecieron después me condujeron
a eso”, reconociendo que le presionaron para ello y que
Vivas lo declaró en el juicio.
Gordillo reveló una acusación muy grave, cuando relata que
estando fuera de la ciudad se utilizó “una firma que tenía
mi ordenador y que cuando se la presentaron a la secretaria
general, esta dijo que en las demás cuestiones que el
presidente hiciera lo que quisiese, pero que para renunciar
como diputado esa firma no valía”. Tanto era el interés y
las prisas, prosiguió, que “fueron a buscarme a Málaga para
que firmara y hacerlo, además, de
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