Mucha expectación. Es lo que ha despertado la visita de ayer
a la ciudad del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz,
que hoy se encuentra en Melilla. Casi un mes desde que se
produjera la avalancha que acabó con 15 inmigrantes
fallecidos, el titular de Interior ha visitado la ciudad
para mostrar su apoyo a los efectivos de los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, pero también para conocer
el trabajo diario que se realiza en la frontera y el
perímetro, o la labor desarrollada en el Centro de Estancia
Temporal de Inmigrantes (CETI).
Europa, pendiente de las fronteras del sur
Durante el último mes, Ceuta y Melilla se han convertido en
el ‘ojo del huracán’ informativo por los continuos asaltos
de subsaharianos a sus vallas y la creciente presión
migratoria. Desde el Gobierno ya han anunciado un paquete de
medidas para reforzar sus fronteras, pero cada vez son más
frecuentes los intentos de los inmigrantes por llegar a su
tierra prometida: Europa. El último tuvo lugar en la
madrugada del martes y tras él, la expectación por esta
visita era aún mayor.
Desde todos los puntos del viejo continente tienen sus ojos
puestos en las pequeñas ciudades de Ceuta y Melilla. Hoy son
noticia y periodistas de diversos países han viajado para
contar lo que está ocurriendo en estas fronteras, las que
mayor presión migratoria soportan. Las cifras van creciendo
cada día y desde 30.000 se ha llegado a hablar de 80.000
inmigrantes a las puertas de las dos ciudades autónomas.
El perímetro fronterizo, que en Ceuta apenas supera los 8
kilómetros, es lo que separa dos realidades que poco tienen
que ver. El ministro recorrió este tramo que muchos intentan
saltar, según señaló, “movidos por las mafias”. “Ese no es
el camino”, les alertó. Sin embargo, al otro lado, miles de
inmigrantes siguen esperando una oportunidad, para ellos es
el único camino hacia una vida mejor.
Con los que han cruzado, el ministro pudo hablar, sobre todo
con los ciudadanos sirios que en los últimos meses han
llegado a la ciudad en busca de asilo. El ministro vio donde
duermen, comen y hacen su vida, y descubrió como es su día a
día en el CETI. Una realidad que estas personas quieren
dejar atrás para viajar hacia la península y luego, desde
ahí, a Europa. Ese es su objetivo final y así lo quieren
transmitir las autoridades españoles a los fríos países del
norte, que miran a Ceuta y Melilla porque tras quince
muertes parece lo correcto. Sin embargo, aún no son
conscientes de que el fenómeno de la inmigración va directo
hacia ellos tras pasar por las dos ciudades autónomas.
Antes de llegar a Ceuta, Marruecos es un actor principal y
Fernández Díaz agradeció su colaboración. Por ello, tuvo
especial relevancia el apretón de manos entre el ministro y
los responsables de la parte marroquí de la frontera del
Tarajal, a los que saludó durante su visita de ayer.
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