“Estamos trabajando con un material vergonzoso”. Así se
manifiestan los Guardias Civiles que se encuentran en el
perímetro fronterizo de Ceuta. Los hechos son irrefutables:
el material con el que trabaja la Guardia Civil en la
frontera del Tarajal no puede ser más precario. Su carácter
antediluviano supone dejar a los agentes del Instituto
Armado, prácticamente desarmados. Y ahora, encima, el
Director General de la Benemérita da una “instrucción
verbal” para prohibir a los agentes el uso de pelotas de
goma para disuadir los intentos de entrada de inmigrantes
ilegales.
En este punto, lo evidente, no solo es que se impartan estas
consignas, sino que se hagan públicas, ya que desencadenan
el denominado “efecto llamada”, como bien se ha demostrado
en la frontera de Melilla con la entrada de un centenar de
ilegales.
Si la Guardia Civil no puede utilizar material
antidisturbios, si sus medios para evitar la presión
migratoria son los que mostramos en los documentos gráficos
que ilustran están páginas, si sólo se les permiten balas de
fogueo, como bien reconocen los propios Guardia Civiles,
“parece que estamos en un juego de niños”.
El perímetro fronterizo no es un mero juego de “Paintball”;
allí se preservan nuestras fronteras, las de la Unión
Europea, en las que la Seguridad del Estado controla la
posible entrada indiscriminada de individuos “sin papeles”
y, por tanto, algo que habría de ser muy serio.
Si no le ponemos puertas al campo, si la permisividad es
total, “¿cómo nos puede exigir que contengamos las
avalanchas humanas?”, subrayan los agentes, que están
totalmente de acuerdo con presidente melillense Juan José
Imbroda por ridiculizar la situación y hablar de azafatas y
de un comité de recibimiento.
Los agentes dicen que “es como quitarle a un cirujano el
bisturí con el que opera”. Otros decían que “para esto, que
ponga a un Viser de Seguridad como en la puerta de las
discotecas”. El representante de la AUGC, Juan Antonio
Delgado, quien manifiesta que “no tiene ningún sentido ni
lógica, que dentro del operativo se haya prohibido
taxativamente el uso de pelotas de goma”.
Además, pidió respeto para la Benemérita en la frontera y ha
reclamado a la Unión Europea que “deje de mirar para otro
lado porque Ceuta y Melilla es la frontera sur de España y
de Europa”. Para el representante de la AUG, Juan Antonio
Delegado se ha tratado de criminalizar a la Guardia Civil y
en su opinión “estas opiniones son injustas porque los
agentes son profesionales, comprometidos y solidarios”.
“Podemos cometer errores pero no con mala fe; hemos podido
disparar al agua pero no tiran a dar, ni mucho menos a matar
como se ha dicho, eso son calumnias y se les ha intentado
criminaliza”
Ante una gran avalancha de inmigrantes “¿cómo vamos a frenar
la acometida? ¿Con balas de fogueo como un anticipo de las
Fallas valencianas?”, se preguntan los agentes que se
encuentran en el perímetro fronterizo.
Además, los agentes solicitan también un protocolo claro de
actuación para no incurrir en responsabilidades que no les
competen, ya que los políticos a nivel Madrid imparten mucha
“doctrina” y pocas soluciones.
Se indica que esta situación no es nueva sino que proviene
de etapas anteriores. A estas horas, “no sabemos muy bien
cómo defender la entrada ilegal a Ceuta”, afirman los
agentes. Y quieren reivindicar su situación, su precaria
situación, sus limitaciones en cuestión de material y el
número escaso de efectivos. Una dotación insuficiente,
obligados a emplear balas de fogueo.
Algunos Guardias Civiles, con la nueva situación temen por
su propia integridad. “Nos sentimos indefensos”, lamentan.
Lo cierto es que limitados en los recursos de actuación y
con el precario material con el que disponen, su trabajo se
complica y su efectividad se reduce a límites insospechados.
|