Los vecinos de la zona cercana al colegio ‘Andrés Manjón’ se
mostraban ayer muy críticos con el estado de las calles
colindantes al centro. Y es que, al pasear por allí es
habitual encontrar excrementos de perro, micciones en todas
las esquinas y el mal olor impregna los callejones. Además,
la zona tanto de la calle Linares como de los bloques de
Alfau está “tomada por gatos callejeros” que son alimentados
por vecinos que no tienen en cuenta las consecuencias de
dejar comida en plena calle y así lo denuncian los vecinos.
Después del fin de semana, los restos de botellones adornan
una zona en la que hay que mirar por donde se pisa si uno no
quiere llevarse un ‘regalo’ a casa. Los vecinos se sienten
“abandonados” y critican que más allá de la calle Real “no
se baldea con tanto interés”. “No entendemos por qué en el
Paseo de la Marina hay casi a todas horas un vehículo
limpiando y en estas calles, por donde pasan niños, se
abandona la limpieza”, apostillaba ayer un vecino, que no
ocultaba su indignación con la política de limpieza de la
Ciudad Autónoma.
Para otros, la plaga de pulgas sólo es una consecuencia
“lógica” de la falta de atención por parte de los servicios
de limpieza y de los responsables de Medio Ambiente. EL
PUEBLO ya denunció el pasado mes de junio la misma situación
en la zona del Brull, por donde ahora se accede al Campus
Universitario.
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