Uno de los tres ceutíes que viajó a Siria en 2012 para
unirse a la ‘yihad’ contra el régimen de Bashar Al Assad, el
taxista Rachid Wahbi, se inmoló en un atentado con camión
bomba que causó 130 muertos. Así se recoge al menos en un
video difundido ayer por el Ministerio del Interior tras la
desarticulación de la red que presuntamente está detrás de
la captación de Ouabi y de decenas más de yihadistas ceutíes
y marroquíes. El ministro Fernández Díaz subraya que no son
“combatientes”, sino terroristas.
Algunos de los hombres que la red de yihadistas
desarticulada este viernes en Ceuta enviaron a Siria se
inmolaron para perpetrar atentados terroristas. Así lo
subrayó ayer en su comparecencia en Madrid el ministro del
Interior, Jorge Fernández Díaz y este es el caso de Rachid
Wahbi, el vecino del Príncipe de 32 años que viajó junto a
dos amigos ceutíes y de cuya muerte se informó a su familia
el 1 de junio de 2012. Según un video descubierto durante la
investigación que ha dado lugar a la detención de ocho
presuntos reclutadores, en el que se recoge el atentado
perpetrado por Wahbi, su ataque, con un camión bomba que
empotró contra el campamento de Al Nairab, causó 130
muertos.
El video, que puede verse en la web del Ministerio el
Interior y también en la de EL PUEBLO (www.elpueblodeceuta.com)
recoge los momentos previos al atentado, y termina con la
explosión del vehículo que según se hace ver, conducía el
ceutí.
El envío de estos militantes yihadistas no es “un fenómeno
nuevo”, tal como recordó el ministro. Los antecedentes de
este fenómeno se encuentran, apuntó, en conflictos como los
de Afganistán, Pakistán y Somalia, aunque el que se vive
actualmente en Siria se ha convertido, explicó, en “un polo
de atracción importante para este tipo de personas,
fuertemente ideologizadas, yihadistas, que acuden no para
actuar como soldados, como combatientes, sino para
desarrollar sus actividades terroristas en zonas donde hay
un conflicto”. El responsable del Interior subrayó en varias
ocasiones que no se trata de combatientes, que se suman, en
este caso, “a uno u otro bando”de la guerra que se libra en
Siria, sino que se trata de terroristas y en algunos casos,
suicidas.
Según explicó el ministro respecto al funcionamiento de la
red que operaba desde Ceuta y Castillejos, que organizaba y
financiaba los viajes de los militantes yihadistas a Siria,
esta “les ponía en contacto con otros terroristas siguiendo
siempre las directrices de la matriz de Al Qaeda”.
“Testamento vital”
Las personas que la organización enviaba a combatir en el
conflicto sirio iban normalmente a la frontera de este país
con Turquía y de ahí, “en pequeños grupos o de forma
individual, los facilitadores los recogían bajo extremas
medidas de seguridad para dirigirlos a su destino final en
la zona de conflicto”. La misma red era la que además, tal
como han podido constatar los investigadores, “informaba a
sus familias de cuál era su situación en los campos de
entrenamiento y también de si fallecían”. En el caso de que
murieran, los miembros de la red se encargaban de hacer
entrega a sus familiares del que se conoce, indicó el
ministro, como “testamento vital del yihadista”.
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