La fiabilidad de la auditora contratada por Urbaser (KPMG)
para su defensa en el caso de los ‘pagos indebidos’, queda
en duda después de que dicha empresa pasara por alto el
desfalco de la SGAE y no detectara ninguna irregularidad en
las cuentas de la CAM en los últimos 20 años. En el caso de
las cuentas de la Sociedad General de Autores (SGAE)
recibieron año tras año la bendición de KPMG, mientras que
en realción con la situación de insolvencia de la CAM, que
forzó su intervención por el Banco de España, no fue
detectada por el citado auditor de la caja, que firmó sus
cuentas sin salvedades.
El plazo para que Urbaser alegara a los decretos con los que
el consejero de Economía y Hacienda, Guillermo Martínez,
daba por cerrada la “liquidación” del contrato con Urbaser
finalizó el pasado lunes día 3. Dentro del citado plazo y
como era de esperar, Urbaser presentó alegaciones tratanto
de desvirtuar la actuación del técnico en gestión contable
que realizó el informe acerca de los ‘pagos indebidos’ por
un importe inicial de 12,5 millones. Para ello, ha basado
sus alegaciones en un informe encargado a la auditora KPMG,
que discute y teoriza sobre ese descuadre, y que algunos
medios afines al Gobierno han calificado como “demoledor”.
En opinión de KPMG el técnico de la Ciudad Autónoma partió
de un “error de partida” al diseccionar los pagos de un
contrato de ‘precios unitarios’ que “debe considerarse como
un todo” con uno de ‘costes incurridos’. KPMG considera que
el dictamen del técnico no tiene ni “lógica” ni “sentido
económico” y que incurre en multitud de “errores,
incorrecciones, sesgos e inadecuaciones específicas”.
KPMG considera que “el análisis de la evolución de los
distintos elementos que componen los ‘Precios Unitarios’ de
manera aislada, asociando a la amortización del material
afecto a la concesión en consideración de los costes
incurridos en la adquisición de los mismos, supone una
interpretación incorrecta y sesgada del Pliego carente de
todo sentido económico y deriva en una alteración de los
‘Precios Unitarios’ recogidos en el Estudio Económico de
2001”.
Según la opinión de KPMG el “error de partida desacredita la
base conceptual sobre la que pivota, en exclusiva, la
millonaria pretensión de la Ciudad en el supuesto ‘exceso de
amortización”. También considera que “el valor otorgado a la
inversión realizada por Urbaser en maquinaria se encuentra
significativamente infravalorado como consecuencia de la
escasa precisión y rigor técnico seguido en el informe, que
compila cuantiosos errores de bulto y sesgos económicos”.
Sin embargo, y a la espera de lo que expongan los técnicos
de la Ciudad Autónoma tras analizar los documentos aportados
por Urbaser en su defensa (para lo cual la Consejería de
Hacienda ha otorgado diez días), la fiabilidad del informe
elaborado por KPMG queda en entredicho con las últimas
actuaciones de dicha empresa.
Desfalco de la SGAE
Según el auto del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz,
entre 2002 y 2009, Microgénesis SA, la empresa que los
investigadores de la Guardia Civil sitúan en la cúspide la
trama, ingresó “aproximadamente 26,4 millones de euros
procedentes del grupo SGAE”. Josep Jover, el abogado de las
asociaciones de internautas que denunciaron a la SGAE en
2007, estimaba que “han desaparecido 400 millones de euros”.
Pues bien, las cuentas de la Sociedad General de Autores
(SGAE) y de la Sociedad Digital de Autores (SDAE) recibieron
año tras año la bendición de las auditorías realizadas por
las prestigiosas firmas BDO y KPMG (2009-2010). El flujo de
capital que terminaba en las nueve empresas de la trama
dirigida presuntamente por José Luis Rodríguez Neri, hombre
de la máxima confianza de Teddy Bautista, procedía de la
SDAE que, a su vez, se nutría de fondos de la SGAE.
El visto bueno de las auditoras
Las auditoras BDO y KPMG aprobaron sin salvedades las
cuentas de la SGAE y la SDAE durante los ejercicios fiscales
en los que la trama esquilmaba los fondos de la entidad
dirigida por Eduardo Bautista (Microgénesis recibió ingresos
del grupo SGAE entre 2000 y 2010).
Los dos últimos años, 2009 y 2010, fueron auditados por KPMG.
De hecho, en la memoria de 2009, Teddy Bautista, en su afán
de transparencia, insistía en que “la información vertida en
este documento ha sido convenientemente auditada por la
firma independiente y acreditada KPMG, que por primera vez
aborda el análisis contable y de gestión no sólo de la
sociedad, sino del conjunto de entidades que configuran lo
que coloquialmente llamamos Grupo SGAE”.
En su último informe, KPMG daba el visto bueno a las cuentas
de 2010 así como “al resultado de sus operaciones y de los
flujos de efectivo”
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