La situación “agobiante” por la que atraviesa la
concesionaria del servicio de transporte público colectivo,
ha llevado a sus responsables a presentar a la Ciudad tres
“opciones” para el mantenimiento de la viabilidad de la
prestación. Tal como informó el gerente de la empresa, José
María Cuéllar, la primera alternativa es que la Ciudad
aplique la “compensación” necesaria para mantener “el
equilibrio económico-financiero de la concesión”, algo que
afirma es “obligación” de la administración “en aplicación
del Reglamento de Corporaciones Locales”. La otra opción
pasa por la presentación de un Expediente de Regulación de
Empleo (ERE) que afectaría, según los cálculos de la
gerencia, a media docena de trabajadores. Por último, se
plantea una “actualización” de las tarifas, que en la
actualidad son de 80 céntimos, “aunque sea con el IPC y algo
más para cubrir en parte el precio del combustible”.
La empresa, que es concesionaria del servicio hasta el año
2019, tiene en la actualidad una plantilla de 83
trabajadores, 62 de los cuales son conductores, y hasta el
momento se han producido despidos sólo de trabajadores
eventuales, según destaca Cuéllar. La flota de autobuses es
de 27, “y ahora sobran la mitad”, asevera el gerente de la
empresa.
“Tenemos las tarifas más bajas de toda España, y soportamos
bonificaciones de la tarifa ordinaria a trabajadores
pensionistas, jubilados y estudiantes”. “Si a esto sumamos
el aumento del precio del combustible..., lo estamos pasando
mal, de verdad, nos sentimos impotentes y no sabemos ya qué
medidas tomar”, concluye Cuéllar. Como ejemplo, cita el
caso, similar por las características de la ciudad, de
Melilla, donde la tarifa es de 85 céntimos y la
administración local ha apoyado a la concesionaria con
381.000 euros para la compra de dos coches, “el equivalente
al 55% de la inversión”, cuando en Ceuta a Hadú-Almadraba
“no le han dado nunca un duro” .
En relación a la situación general del servicio, Cuéllar
lamenta que muchas veces les “achacan” que el servicio es
malo, “y no es verdad, es que hay cosas que no dependen de
nosotros”. “Cada vez que hay una obra se monta un lío
impresionante y la calle Real, donde tenemos un servicio, la
cierran un día sí y otro también, y claro, el usuario donde
primero se queja es en la empresa. “A veces me quieren
comparar con Málaga o Madrid, pero que me habiliten carriles
bus como hay en esas ciudades y ya verán qué pronto doy
mejor servicio, mejor que el de Madrid”, plantea.
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