Por primera vez, la trata de seres humanos -comercio ilegal
con propósitos de esclavitud o explotación sexual- se ha
tipificado como delito en el Código Penal, según explicó
ayer Carlos Bengoechea, director del CETI, durante el acto
de celebración de los Derechos Humanos en la sede en Ceuta
de la UNESCO.
Este ha sido uno de los avances alcanzados dentro del primer
plan nacional contra la trata, que finaliza el día 31 de
este mes, tras dos años de trabajo. Otro de los avances ha
sido la modificación de la ejecución de la Ley de
Extranjería en el articulo 264, por lo que se atribuye a los
centros públicos de migraciones, entre ellos el Centro de
Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta, la competencia
específica de detectar casos de trata que se puedan producir
en el centro.
“Es un avance pero queda mucho terreno por andar”, apuntó
Bengoechea, quien adelantó el próximo paso. Ha sido aprobado
en el Congreso de los diputados la creación de una
subcomisión, dentro de la Comisión de Igualdad, para
trasponer la directiva conjunta Consejo y Parlamento sobre
trata de la Unión Europea en la directiva 2011, lo que se
traducirá en la primera ley específica sobre trata de
mujeres. “Son pasos importantes que se han dado y se van a
dar”, agrega el director del CETI.
Con Mujeres Progresistas
En este sentido, el CETI junto a Mujeres Progresistas
impartirá hoy un curso de formación, abierto a profesionales
y a ciudadanos en general, titulado ‘La atención a la
sexualidad de la población inmigrantes desde una perspectiva
multicultural’. “Son una modesta y humilde aportación a
crear una conciencia y sensibilización en este campo”,
explicó Bengoechea, quien destacó que en el CETI intentan
que las mujeres inmigrantes que allí residen “vayan
adquiriendo conciencia de sus derechos”. “Es un logro dentro
de las dificultades que conlleva un campo tan cerrado como
es el de la inmigración, por lo que estamos muy
satisfechos”, apuntó Bengoechea.
Este curso se desarrolla a través de la UNAF (Unión de
Asociaciones Familiares), que trabaja por el bienestar de
las familias, considerando que estas tienen por base el
mutuo y recíproco compromiso de convivencia para el
desarrollo integral de sus miembros, con independencia de la
modalidad de familia. Por ello destacan lo fundamental del
“respeto y la promoción de los derechos sexuales y
reproductivos” para el desarrollo integral.
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