Hay miedo, mucho miedo, y ya saben lo que dice el viejo
refrán: “El miedo es libre”. Por ello, se han dado muchos
casos, de ceutíes que aterrados por las catastróficas
noticias que a diario divulgan los medios de comunicación,
se han visto afectados por una situación tan negativa que
les ha hecho sacar sus ahorros de las entidades financieras.
“Hay gente con poca cultura y con mucho miedo que ha ido al
banco a retirar todo su dinero para guardarlo en su casa,
como antiguamente se hacia metiéndolo en un calcetin”,
aseguran fuentes autorizadas. “Y así no hay manera que se
reactive la economía ni que fluya el dinero. Hay mucho
miedo. La gente está asustada porque no hay dia en el que la
televisión no bombardee con noticias negativas y temen
perder su dinero si permanece en el banco”.
Conocemos casos: una persona hubo de abonar 26.000 euros de
la entrada para la adquisición de una vivienda, tras
suscribir un préstamo hipotecario y el resto del dinero se
lo llevó a su casa, diciendo: “Es donde mejor puede estar.
Guardado a mi lado”. También existe el caso de otro cliente
de una entidad bancaria que, semanalmente, acude a ésta para
contar el dinero que allí tiene depositado, para ver si
continúa intacto.
El miedo a gastar dinero o que se encuentre depositado en la
entidad financiera tras hablarse tanto de “corralito” y
demás, lleva a situaciones de verdadera histeria. Claro que,
junto a estas conductas histéricas o surrealistas, las hay
de quienes se muestran intranquilos por las contínuas
noticias que llegan del Fondo Monetario Internacional, del
Banco Central Europeo, de la Prima de Riesgo, de un posible
Rescate de España por parte de la Unión Europea y, en
definitiva, de sembrar tanta zozobra y preocupación que
lleva a situaciones como las ya mencionadas que no hacen mas
que provocar incertidumbre.
De manera que la situación inmobiliaria actual es la
siguiente: hay muchos clientes con propósito de comprar
viviendas, las quieren a muy buen precio, las entidades
financieras tasan a la baja en un máximo del 80% los
inmuebles y es hasta ahí a donde llega el préstamo
hipotecario que, en muchos casos, ha de ir precedido de
avalista.
En definitiva, se trata de un problema de liquidez unido al
de desconfianza en todos los sentidos: los prestatarios y
los ahorradores. Y en este galimatías, lo cierto es que el
mercado inmobiliario languidece y, quien sabe, como nos han
dicho hasta 2015, por lo menos.
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