En Ceuta se está dando una situación real de dificultad para
acceder a los préstamos hipotecarios de las entidades
bancarias. Y se da un hecho: Hay clientes pero no
financiación. De manera que, pese al interés de los clientes
en optar por la propiedad en vez por los alquileres, lo
cierto es que hay muy serias dificultades para conseguir
préstamos hipotecarios, a la vista de que se ha cerrado “el
grifo”. Ya no hay tanta alegría como antes. Y quien no tenga
liquidez, tampoco tiene crédito.
Es la pescadilla que se muerde la cola. No hay liquidez y el
acceso a la financiación bancaria se complica en exceso. Por
ello, el mercado inmobiliario ha sufrido un “parón” en
Ceuta, que se ha hecho muy sensible, desde el pasado año y
se ha acentuado en los seis primeros meses de 2012.
Así, una responsable de inmobiliaria declara a este
períodico que se acusa tanto la recesión en este sentido que
en este primer semestre del año sólo ha sido capaz de vender
cuatro pisos cuando antes habría vendido diez o doce pisos
acabando el año con unas ventas totales de hasta 25 casas,
que le supusieron en 2010 unos beneficios limpios tras
abonar los impuestos correspondientes de unos 60.000 euros.
“La crisis se nota en Ceuta -nos dice-, pero en la península
es horrible. Según me han dicho algunos compañeros, allí
están cerrando, incluso, tiendas de comestibles”.
El pasado año, ya se notó que “flojeaban las ventas
inmobiliarias”, lo que ha hecho que en la actualidad, las
empresas de Ceuta vivan en su gran mayoría de los alquileres
porque las ventas se encuentran muy complicadas.
“Hay muchos clientes que quieren comprar -nos dicen- porque
quieren evitar seguir pagando alquileres y me dicen que no
quieren tirar más dinero y prefieren una casa en propiedad,
pero se encuentran con la gran dificultad de los créditos
hipotecarios, que no llegan y que cada vez son más exigentes
por parte de las entidades bancarias”. Así, no hay manera de
acceder a las viviendas. “Sólo el BBVA es quien en la
actualidad parece que abre un poco la mano y concede
préstamos hipotecarios, pero exigen casi siempre avalistas y
conceden el 80% de la tasación de la misma que es a la baja
siempre porque se matiza mucho este ámbito”.
El problema es de liquidez. “¿Quién se va a meter en una
vivienda de 200.000 euros si ha de tener 90.000 euros para
dar ese 20% que no cubre la tasación del banco y para los
gastos de la operación?”, comentan expertos inmobiliarios
acostumbrados al trabajo diario y a intermediar entre
clientes y entidades bancarias.
Tan es así, que recientemente se dió el caso de un cliente
que precisaba un préstamos para su hijo de sólo 50.000 euros
y tuvo que presionar a la entidad para que se lo concediera,
ya que en caso contrario estaba dispuesto a retirar de esta
entidad, no ya su cuenta corriente sino todos los depósitos
y vínculos comerciales. Es un indicativo de la dificultad en
obtener préstamos y lo reticentes que son algunas entidades
a concederlos pese a ser buen cliente.
El descenso en las ventas de las viviendas de nueva
promoción se estima en un 30% en Ceuta, aunque los inmuebles
de segunda mano lo han hecho en menor porcentaje: un 10%.
Bien es verdad que las casas de segunda mano son más
céntricas y las de nueva construcción son menor en la oferta
existente actualmente.
En este último caso, se encuentran en la zona de la calle
Molino y en el Recinto Sur, ya que las existentes en la
calle Velarde no bajan los precios y están puestas a la
venta a su verdadero valor. Y como no hay “bicocas” porque
quien tiene un piso de 250.000 euros no lo va a vender por
la mitad a no ser que se encuentre muy necesitado de dinero,
lo cierto es que el mercado inmobiliario no se encuentra muy
dinamizado por toda una serie de condicionantes que fluctuan
sobre el mismo.
Como conclusión, hay que entender que todo se basa en un
problema de liquidez, de miedo ante la actual situación
económica y, en especial, que la oferta y la demanda, está
muy condicionada por las necesidades económicas de quien
esté dispuesto a vender y la “ganga” de quien busque comprar
a buen precio.
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Exigir un avalista o tasaciones a la baja, dificultades del
mercado
Las entidades bancarias “se
amarran” mucho a la hora de conceder créditos hipotecarios.
En la actualidad se ha convertido en una norma general que
se soliciten avalistas para la operación crediticia y, pese
a ello, las tasaciones de las entidades financieras suelen
ser a la baja y, sobre ellas, sólo conceden el 80% de
financiación, lo que dificulta la operación hipotecaria, ya
que quien no disponga de una buena cantidad de dinero en
metálico, quien no tenga liquidez, es muy difícil que acceda
a esta fórmula de pago aplazado durante varios años. Una
dificultad que aprecian las empresas inmobiliarias que
luchan contra esta dificultad añadida y que ahora,
prácticamente viven de los alquileres.
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