La reconstrucción del asesinato del joven Karim Mohamed,
presuntamente a manos de tres pistoleros y cometido el 24 de
julio de 2011, se realizó ayer en Los Rosales y el Príncipe
protegido por un amplísimo operativo policial. El
dispositivo estaba formado por cerca de un centenar de
agentes, del GOES (Grupo Operativo Especial de Seguridad),
de Málaga, y la UPR de Ceuta al completo, así como agentes
de la UIP, el Tedax y Medios Aéreos, con un helicóptero que
sobrevoló los dos escenarios. El juez quiso ser minucioso y,
ante el silencio de los imputados, que se negaron a
colaborar en la actuación judicial, probó todas las
hipótesis del crimen.
Pasaban las 09:20 horas de ayer cuando la comisión judicial
encargada de la reconstrucción del asesinato de Karim
Mohamed llegaba al primer escenario del caso, las
inmediaciones de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía
(CNP) en Los Rosales. La presencia, poco después, de un
helicóptero de la policía, junto con un amplísimo despliegue
que incluyó al Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES)
de Málaga, con las llamativas boinas azules de esta unidad
de élite, llamaba la atención de los pocos vecinos que a
esas horas contemplaban la escena desde la acera situada
frente a la comisaría.
La actuación, que se prolongó por espacio de tres horas y
dirigida por el titular del Juzgado instructor del caso, el
número 5, contó con un amplísimo dispositivo de seguridad,
formado por un centenar de agentes, con la Unidad de
Prevención y Reacción (UPR) de la Jefatura Superior de Ceuta
al completo, así como miembros de la UIP (Unidad de
Intervención Policial).
A las 09:35, los cuatro imputados que permanecen en prisión,
Mustafa Lahasen Mohamed, ‘Pajarito’; Abdelmuniin Mohamed
Sadik; Himad Kanjaa Amar, ‘Grana’ e Hichan Mohamed Mohamed,
fueron trasladados desde el cercano centro penitenciario,
justo enfrente del callejón ‘de la Nena’, en el que
supuestamente se reunieron. El quinto imputado, Yasin
Enfeddal, se encuentra en libertad con los mismos cargos
(por lo que la acusación particular pide también su
encarcelamiento) y acudió acompañado de su abogado.
El primer escenario está recogido en el sumario del caso
como el lugar en el que los presuntos asesinos del
trabajador de las Brigadas Cívicas del Príncipe quedaron
para planificar el crimen. Una cámara de seguridad de la
comisaría registró el día del suceso, el 24 de julio de
2011, los movimientos de los dos vehículos que, según los
investigadores, se emplearon para transportar a los tres
autores materiales de los disparos hasta el Príncipe y para
facilitar su posterior huida, un ‘Fiat Cinquecento’
propiedad de Enfeddal y un Honda Accord que conducía
‘Pajarito’, respectivamente.
Todos los imputados permanecieron en silencio durante el
tiempo que duró la reconstrucción y, una vez finalizada, se
negaron también a firmar el acta. Contra la pared, esposados
a la espalda y sujetos cada uno de ellos por un agente del
GOES, los cuatro encarcelados esperaron a adentrarse en el
callejón sin salida donde según las distintas pruebas y
testificales, se inició el camino de los pistoleros hacia el
Príncipe.
El desplazamiento del dispositivo judicial y policial,
formado por un gran número de furgones y vehículos
camuflados, por la avenida Claudio Vázquez en dirección al
Príncipe, despertó la curiosidad de los vecinos, que se
preguntaban el motivo del espectacular despliegue. A las
9:50 horas ya estaba camino del Poblado Legionario,
promoción desde cuya terraza dispararon los tres acusados
como autores de los tiros.
Los accesos hasta esta zona permanecieron cortados durante
la reconstrucción. Los agentes se apostaron en los
alrededores y en la azotea del Polifuncional y un agente del
Tedax revisó los vehículos aparcados con un perro.
El juez, que según fuentes próximas al caso, tiene fama de
“minucioso”, quiso reconstruir todas las hipótesis tanto de
llegada como de salida de los imputados del lugar del
crimen. A esa hora, pasadas las diez de la mañana, el
Príncipe parecía aún dormido y algunos vecinos comenzaron a
asomarse a ventanas, balcones y azoteas. En el mismo punto
desde el que presuntamente comenzaron a disparar pasadas las
tres de la tarde de aquel día, la terraza de las VPO Al
Jalifa, los detenidos observaron la reconstrucción, siempre
en silencio, con rostros serios y a veces, cabizbajos.
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