Tres agentes de la Policía Local que participaron en el
operativo de interceptación del fugitivo y que acudieron a
declarar en calidad de testigos tuvieron que dejar sus armas
fuera de la Sala.
El primero de ellos entró armado y rápidamente el presidente
del tribunal, el magistrado Jesús Carlos Bastardés, ordenó
que saliera de la sala y dejara su arma en el exterior. Los
otros dos agentes que también testificaron -uno de ellos fue
el que realizó un disparo al aire intimidatorio en el
transcurso de la persecución del sospechoso- ya entraron en
la sala sin sus armas, por lo que no fue preciso que el
tribunal les conminara a dejar fuera sus armas
reglamentarias. Se da la circunstancia de que la seguridad
en el interior de la sala y también en la puerta estuvo a
cargo de agentes de la Guardia Civil comisionados ex profeso
para tal menester. El juicio se desarrolló sin que
registrara ningún tipo incidencia, en horario de mañana y
tarde, con un receso a mediodía.
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