Maratoniana sesión en el Juzgado de lo Penal número 2 para
dejar visto para sentencia un juicio por un delito contra la
salud pública perpetrado el 1 de marzo de 2010 y en el que
dos personas se enfrentan a penas de 4 años y 2 meses de
cárcel por un alijo de más de 148 kilogramos de hachis. Se
trata de dos camioneros que fueron interceptados en el
puerto con el alijo escondido en uno de los depósitos de
combustible del camión. Los dos se acusan mutuamente, aunque
uno de ellos dijo que fue informado por su compañero, justo
al llegar al control de la Guardia Civil, que había
escondido droga en el vehículo, un camión Volvo
No suele ser habitual que en los juzgados de lo Penal de
Ceuta se celebren vistas orales por delitos contra la salud
pública, puesto que en la mayoría de los casos hay
conformidad entre las partes para aceptar el castigo. Mucho
menos que un juicio dure casi cuatro horas y media y sean
llamados a declarar hasta diez testigos, nada menos que
siete de ellos, agentes de la Guardia Civil.
Francisco Javier S.M. y Francisco Javier A.B. se enfrentan a
penas de cuatro años y dos meses de prisión y a sendas
multas de 636.275 euros -con responsabilidad personal
subsidiaria de 180 días de cárcel en caso de impago- por
habérseles encontrado en un camión que conducía el primero
con un alijo de 148.316 gramos de hachís, con un índice de
tetrahidrocannabinol (THC, principio activo del hachís) del
16,94%. La droga ha sido peritada en 212.091,88 euros.
Los hechos ocurrían el día 1 de mayo de 2010. El primero de
los conductores, que disponía de una cabeza tractora Volvo
de una cooperativa y propietario del remolque del camión,
tenía que transportar un cargamento de galletas desde
Miranda de Ebro hasta almacenes Bentolila, en el polígono de
El Tarajal. El tiempo que tenía era escaso, ya que a la
vuelta tenía que recoger otro cargamento para llevarlo al
norte. Así, habló con otro conductor con el que tenía cierta
amistad, Francisco Javier A.B., para que le acompañara en el
viaje, le relevara en la conducción y le ayudara con el
papeleo en Ceuta, a cambio de 300 euros. Llegaron a primera
hora de la tarde a Ceuta y a partir de ahí los testimonios
son dispares. Uno y otro se culpan de haber introducido la
droga en un deposito de combustible no utilizado del camión,
con el objeto de atravesar los controles portuarios en Ceuta
y Algeciras y llevar la droga a la península.
El conductor del camión afirma que llevó la carga hasta el
almacén, dejando a su compañero en la zona portuaria, tras
descargar las galletas, dijo, volvió al puerto, donde habría
aparcado el camión. Su compañero, según su testimonio, dijo
que estaba cansado y que iba a dormir un rato, por lo que le
habría dejado las llaves del vehículo mientras daba una
vuelta por la zona portuaria. Tras volver sobre las ocho y
media de la tarde, se habrían encaminado hacia el embarque
de vehículos, donde momentos antes de cruzarlo, su compañero
le habría dicho que transportaba droga. Según testimonió,
decidió cruzar el control de la Guardia Civil y dejar que su
compañero se hiciera cargo de la droga al llegar a
Algeciras. La Guardia Civil no tardó en detectar la droga y
detener a los dos.
Su compañero testimonió, bien por el contrario, que no quiso
acompañar hasta almacenes Bentolila al conductor y que
estuvo deambulando por la ciudad varias horas, hasta algo
más de las 20.30, cuando volvió su compañero, que tuvo un
ligero accidente de tráfico al volver. Seguidamente, se
dirigieron al control de preembarque y allí fueron
detenidos.
Ambos entraron en la prisión de Los Rosales, de donde
primero salió el conductor del camión, ya que denunció a su
compañero por amenazas y obstrucción a la justicia. El otro
acusado cumplió 18 meses de prisión preventiva.
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La vista oral fue suspendida el 5 de mayo de 2010 por una
denuncia por amenazas y obstrucción a la justicia
El juicio que ayer quedó visto
para sentencia tenía que haberse celebrado el día 5 de mayo
de 2010, pero fue suspendido. En efecto, un día antes, el
abogado de Francisco Javier A.B., interpuso una denuncia por
amenazas y obstrucción a la justicia. El titular del Juzgado
de lo Penal número 2, dadas las circunstancias, devolvió el
asunto al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número
2 para una ampliación de la propia instrucción del caso, a
la luz de los nuevos hechos denunciados. Según Francisco
Javier A.B. tanto él como su esposa fueron objeto de
amenazas para que en su testimonio se hiciera cargo del
alijo y cumpliera sólo la pena que se le impusiera. Desde la
defensa del otro acusado se puso de relieve que Francisco
Javier A.B. lleva ahora seis meses en libertad y que si
hubiera tenido ánimo de amenazar lo hubiera hecho antes de
la vista de ayer. La otra parte confirmó que no habían
recibido amenazas durante este periodo de tiempo. Por su
parte, Francisco Javier A.B. manifestó que en este tiempo ha
sufrido un infarto, ha perdido parte de su negocio, y hasta
le ha abandonado su mujer.
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