Los anuncios de los ejecutivos local y central, representado
este en Ceuta por el delegado del Gobierno, no parecen
intimidar en absoluto a los infractores de las leyes y
normativas urbanísticas. La construcción ilegal campa a sus
anchas mientras ambas administraciones “intensifican” su
“coordinación” para erradicar el problema. Viviendas
ilegales que hace unas semanas estaban en los cimientos son
hoy la avanzadilla de una nueva zona de “expansión” de la
barriada del Príncipe hacia Loma Colmenar. En el Recinto,
los representantes vecinales denuncian una situación similar
que ha generado zonas inaccesibles y caóticas.
Un sencillo paseo por determinadas zonas de la ciudad revela
que los infractores de las más elementales normas de
disciplina urbanística y seguridad laboral no temen en Ceuta
sanción alguna. El Príncipe o el Recinto Sur, la Almadraba,
Pasaje Recreo..., son pasto diario de una situación que
desde el Gobierno de la Ciudad lamentan se viene produciendo
desde hace “treinta años”.
Mientras los dos gobiernos, central y local, anuncian haber
“intensificado” su coordinación en la lucha contra este
problema, cada vez son más las zonas inaccesibles para las
fuerzas de seguridad y los servicios de emergencia, grandes
superficies urbanizadas sin control, como es el caso del
Príncipe y el Recinto Sur. También hay terrenos que deberían
destinarse a jardines, colegios y otras dotaciones y
equipamientos que han sido usurpadas por construcciones
consolidadas. En el caso de las zonas clasificadas como
verdes, algo que ocurre en los aledaños del colegio Reina
Sofía, en el Príncipe, la ocupación de estos terrenos está
tipificada no como una simple falta o infracción, sino como
un delito que nadie parece perseguir en Ceuta.
Hace apenas unos días, el entonces consejero de Fomento
(departamento que ha cambiado de titular) informaba de que
son diez los expedientes por delitos urbanísticos remitidos
a la Fiscalía en los últimos años. Sin embargo, y a
diferencia de lo que ha ocurrido por ejemplo, en ciudades
del entorno de Ceuta, como es Málaga, nada se sabe en Ceuta
de sentencias de derribo de estas edificaciones ilegales.
Mientras tanto, los ejemplos de infractores que hacen caso
omiso de la ley siguen siendo tan reales como que una casa
que hace dos semanas se encontraba en su fase constructiva
inicial en una vaguada de Loma Colmenar aparece ya casi
terminada, con el revoco y la pintura de sus fachadas, a los
ojos no ya de la policía, sino de cualquier ciudadano que
quiera observar el proceso o de los periodistas que toman
nota del mismo.
La Ciudad busca entre tanto, con la “colaboración” de la
Delegación del Gobierno el modo de “atajar de raíz” estas
construcciones “en el momento en que se detectan”. Según
señalaba el pasado 19 de abril el presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, el problema está en que la normativa “no permite
una actuación lo suficientemente ágil”. Lo que sí parece
“ágil” es la actuación de quienes en pocas semanas e
infringiendo a la luz del día las leyes y normas de
seguridad laboral, levantan edificios de dos y tres plantas
en terrenos usurpados al patrimonio público.
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Del “refuerzo” de la unidad de Disciplina urbanística al
cambio en la normativa
En el tema de la construcción
ilegal se ha pasado en la ciudad en los últimos años de
anunciar medidas de “refuerzo” de la Unidad de Disciplina
Urbanística y cambios en la normativa local, a poner el
acento por parte del Ejecutivo local en la necesidad de
modificar las obsoletas leyes urbanísticas vigentes en la
ciudad.
Pero por el camino también se han realizado reformas de las
normativas municipales, en concreto, el anterior consejero
de Fomento, Juan Manuel Doncel, emitió en 2010 un decreto
que establecía un nuevo procedimiento para “actuar
inmediatamente en el supuesto de perturbaciones o
usurpaciones recientes y flagrantes que se produzcan en
bienes de titularidad y dominio público” que incluía
“medidas cautelares”, es decir, el precinto de la obra
ilegal por parte de la Policía Local. Dicho decreto se puso
en práctica en julio de 2010 con la limpieza de una zona
clasificada como verde junto al colegio Reina Sofía, que
había sido ocupada por palés para su posterior edificación.
También se derribó poco después una vieja vivienda de una
planta y un almacén anexo lleno de basura en Los Rosales.
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