La Memoria Histórica sobre el yacimiento de Benzú se
convertirá en uno de los referentes para el mundo
científico. Así lo ha considerado en varias ocasiones uno de
los co directores del proyecto, José Ramos. El propio Ramos
y el arqueólogo Juan Jesús Cantillo han realizado un
completo documento sobre los recursos que los antiguos
pobladores utilizaban con motivo de la exposición de Baelo
Claudia en Cádiz.
La Memoria Histórica sobre el yacimiento de Benzú se
convertirá en uno de los referentes en el mundo científico.
Así lo considera el co director del proyecto de estudio y
también arqueólogo, José Ramos, de la Universidad de Cádiz
(UCA). Por ello, pequeños detalles de lo que será este
documento que contará con más de 1.000 páginas y un soporte
digital, se han resumido en el documento ‘Pescar con Arte’,
del catálogo de la exposición que tiene lugar en Baelo
Claudia, en Cádiz, donde la Ciudad contribuyó en la
exposición con muestras del yacimiento. Así, bajo el título
‘La explotación de recursos marinos por sociedades del
Pleistoceno Medio y Superior’ se recogen las “nuevas
evidencias en el estrecho de Gibraltar” en los contextos
mediterráneo y africano.
Entre ellas, el Abrigo de Benzú, en el que los moluscos
documentados “hasta la fecha” están representados en su
mayoría por las “comúnmentente llamadas lapas”, especies
cuya “accesibilidad y cercanía al yacimiento hizo de éste un
recurso alimenticio explotado durante los periodos de
ocupación del Abrigo”. Se trata de especies que habitan
“fuertemente adheridas al sustrato rocoso de la parte más
alta de la zona intermareal, poco expuestas al batido de las
olas y con mucho tiempo de emersión”, con lo que ‘a priori’
la recolección de este molusco resultó una “tarea sencilla y
rentable como recurso complementario”. Además, según
resaltan Ramos y Cantillo, para estas sociedades, “debió
constiuir un recurso muy abundante en los cercanos
roquedales de la costa al que se podía recurrir durante todo
el año”.
La redacción de este capítulo, que consta de 65 páginas, ha
corrido a cargo del propio Ramos y de este arqueólogo. La
primera de las áreas que se trata es la que versa sobre las
sociedades con idiosincrasia cazadora, recolectora y de
explotación de los recursos marinos, los más abundantes.
Sociedades recolectoras
“El panorama de los estudios acerca de las sociedades
cazadoras recolectoras está cambiando en algunas regiones
del planeta -cuenca del Mediterráneo, región del Estrecho de
Gibraltar y África del sur, especialmente- dado que a través
de diversas y recientes investigaciones interdisciplinares,
se está comprobando el destacado uso de prácticas de
marisqueo y de aprovechamiento de recursos marinos”. Con
estas palabras comienza este capítulo, en el que se resaltan
los avances en los últimos años en cuanto a las sociedades
cazadoras-recolectoras-pescadoras pertenecientes al
Pleistoceno.
Ramos y Cantillo también desbrozan en el texto que “el
desarrollo de las prácticas de extracción de recursos
marinos se vincula directamente con el apasionante tema del
uso de adornos personales y con la aparición de ocre y de
elementos que pueden ser considerados artísticos”. Esto
representa el llamado “comportamiento simbólico”. Por
ejemplo, se ha podido comprobar que las más antiguas
representaciones africanas son al menos de 35.000 años.
Otras cuevas
Por otro lado, en este capítulo no solamente se habla del
Abrigo y Cueva, sino que se relaciona este yacimiento con
otros lugares similares hallados en la costa andaluza, como
la Cueva del Bajondillo, en Torremolinos, -Málaga-, la cual
está situada a 250 metros de la actual línea de costa. En
ella se han documentado veinte niveles en una cueva con 5,4
metros de altura y también se ha estudiado una secuencia que
cubre del Paleolítico Medio al Neolítico.
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Siete niveles estratigráficos de los que se poseen
evidencias
Hasta la fecha, el equipo de la
UCA ha podido realizar un total de seis campañas de
excavación desde que los trabajos comenzaran en 2001. Así,
se ha evidenciado una secuencia arqueológica de “diez
niveles estratigráficos”, siete de los cuales poseen
evidencias de ocupación antrópica del Pleistoceno Medio y
Superior”. Por otro lado, estudios acerca de la
micromorfología y procesos bioerosivos en el entorno del
Abrigo de Benzú “demuestran que la formación erosiva de éste
sería previa a la ocupación humana”. Además, a lo largo de
la secuencia se produjeron “oscilaciones y cambios en una
tendencia al descenso de la tasa de humedad”. Y es que, se
produjo una “ciclidad con instalación de un bosque con
elementos templados y mediterráneos, junto a un cortejo
arbustivo y herbáceo variado y con una alta representación
de taxones de ribera y elementos acuáticos”, se resalta en
el texto.
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