Tras más de doce horas de declaraciones, divididas en dos
jornadas, el juicio contra dos médicos del Ingesa acusados
por un homicidio imprudente de dos neonatos llegó ayer a
término y quedó visto para sentencia. Los hechos ocurrieron
el 30 de noviembre de 2006. Más de cinco años después, los
padres dieron ayer su versión de los hechos después de que
testificaran los facultativos acusados (J.J.Q.G. y S.O.A.)
el pasado 16 de febrero. Ayer, entre el publico estaba el
consejero de Sanidad Abdelhakim Abdeselam.
Después de más de cinco años esperando un juicio en el que
aclarar si la muerte de sus hijos se debió a una negligencia
médica, los padres de los dos neonatos que fallecieron en el
Hospital de la Cruz Roja el 30 de noviembre de 2006 pudieron
contar ayer su versión de los hechos ante la juez del Penal
número uno de Ceuta. Esta era la segunda y última sesión de
un juicio por el que han pasado hasta 19 testigos entre
imputados, peritos, personal del hospital, los padres de los
bebés y familiares. En la primera, celebrada el pasado 16 de
febrero, declararon los dos médicos acusados (J.J.Q.G. y
S.O.A.), que aseguraron que los niños eran inviables, según
los parámetros fijados en el protocolo de la Sociedad
Española de Neonatología (SEN) y que por ello no le
aplicaron ningún tratamiento.
María del Valle, la madre de la niña y el niño que nacieron
de forma prematura, protagonizó un interrogatorio corto,
pero no por ello menos duro, en el que no pudo retener las
lágrimas al recordar en la sala como escuchó el llanto de su
hija cuando dio a luz. La mujer aseguró que ambos niños
nacieron llorando y que incluso después le cogían “el dedo
con la mano” cuando se acercó a verlos. María del Valle dijo
recordar “perfectamente” como le habían dicho que la niña
pesaba 625 gramos y el niño 575 gramos. Sin embargo, en la
hoja de registro aparecen que pesaban 550 y 520
respectivamente, para luego anotar a mano y a pie de página
que el peso finalmente era de 490 y 475. Modificaciones que
posteriormente el ex gerente del Ingesa, Juan Carlos Querol,
calificó de “normales” y “habituales”.
“Le pedía una oportunidad”
La madre asegura que preguntó por qué no les tapaban
siquiera. “Me dijeron que no eran viables y que durarían
entre cinco y diez minutos” relató para aseverar después que
pidió en varias ocasiones a los facultativos que evacuaran a
sus hijos. Sin embargo, el criterio médico era no actuar en
casos en los que la edad gestacional fuera inferior a 24
semanas y los fetos no pesaran más de 500 gramos y así lo
aplicó el médico de guardia (J.J.Q.G.) en consenso con el
pediatra de guardia localizado en su domicilio (S.O.A.) que
no llegó a presentarse en el Hospital. María del Valle les
reprochaba su actuación. “Sólo les pedía una oportunidad”
dijo e ironizó: “Si hubiéramos dado nuestro consentimiento
para que no les trataran ¿para qué estamos aquí”.
En la misma línea se pronunció el padre, que aunque
reconoció que le habían dicho que los niños “iban a quedar
ciegos y vegetales” el quería que los evacuaran para
tratarlos. “Me negaron darle un tratamiento por protocolo.
Ellos fueron los que decidieron qué hacer y nosotros no
tuvimos ni voz ni voto” relataba Francisco José que añadía:
“Condenaron a muerte a nuestros hijos antes de nacer”. Y es
que, antes del parto ambos médicos ya hablaron sobre la
posible inviabilidad de los niños. Una situación ante la que
el pediatra de guardia no se trasladó al Hospital y para la
que no se activó el protocolo para una posible evacuación.
Tampoco se le aplicó un soporte básico, es decir, calor y
reanimación, lo que supone “una negación de asistencia” para
el doctor José María López-Terradas Covisa, presidente del
Comité de Ética del Hospital Niño Jesús de Madrid, quien
declaró como perito para asegurar que se tenía que haber
reanimado y ver la evolución. Le siguió la doctora Salud
Luna Lagares, directora de la Unidad de Gestión Clínica
Neonatología del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla,
para avalar, en este caso, la actuación de los médicos
ceutíes. La doctora puso en duda que los neonatos hubieran
resistido una evacuación y aseguró que el criterio era
tratar por encima de 500 gramos y 24 semanas.
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El matrona confirma que el padre pidió la evacuación de los
niños
En la vista de ayer, también
pasaron ante la juez a declarar los dos matronas que
atendieron el parto. El primero de ellos, aunque se limitó a
declarar sobre sus competencias de atención a la madre
mientras da a luz, sí confirmó que el padre le había llegado
a pedir que trasladaran a los bebés al Hospital Puertas del
Mar de Cádiz. Una petición que, dijo entender, el padre
también le había trasladado a J.J.Q.G., el médico que
atendió a su mujer. Su compañero, sin embargo, dijo que no
había escuchado al padre pedir la evacuación. Ambos
explicaron que la variación del peso en el libro de registro
se debe a que primero pesaron a los bebés con las pinzas
metálicas que utilizan para cortar el cordón umbilical.
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