Después de casi once horas de juicio, tanto la defensa como
la acusación basaron los argumentos de sus conclusiones en
el hecho de que sí el policía acusado provocó la fractura
del tabique nasal a Fernando Navas o si este ya presentaba
dicha herida causada durante una reyerta anterior a la
llegada de los agentes de la Unidad de Intervención Rápida.
A las once de la mañana dio comienzo el juicio en el que
tres agentes de la UIR se enfrentaba a dos delitos de
lesiones y uno de los denunciantes, a su vez, a un delito
por atentado a un policía. Casi diez horas después, los
abogados de la defensa y de la acusación basaban los
argumentos de sus respectivas conclusiones en el hecho de
que si F.R.M. había sido el causante de la fractura del
tabique nasal de Fernando Navas o si este ya presentaba
dicha herida causada durante una reyerta anterior a la
llegada de los agentes.
El único testimonio que afirmaba que el agente había
agredido directamente al joven fue el de Cristóbal Yáñez, el
otro denunciante. Las otras diecinueve personas que pasaron
durante todo el día de ayer ante el tribunal para declarar
no pudieron confirmar cómo se había roto el tabique de
Navas. No obstante, sí explicaron que el chico se había
peleado con otro joven, aunque “sin llegar a las manos”,
pero no señalaron a nadie que pudiera haber causado dicha
fractura.
La posición de Yáñez es la otra gran incógnita del caso, ya
que el propio interesado se sitúa en el escenario de los
hechos mientras que el resto de testigos, los policías y el
grupo de personas que iba con el joven que se peleó con
Navas, no se percataron en ningún momento de su presencia.
Mientras que la defensa tachó a Yáñez de mentir para
defender a su amigo, acusado de atentar contra un agente, el
abogado de la acusación reiteró que su defendido no tenía
necesidad alguna de involucrarse en estos hechos.
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