Los menores extranjeros en el Muelle de Poniente. f.r. |
inmigración
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El puerto, refugio de MENA que
se drogan con pegamento |
EL
PUEBLO ha localizado a varios de estos
menores, al menos cuatro, en el recinto portuario, y
desde la Ciudad se señala
que no son de los que tiene bajo su tutela
en La Esperanza, de cuyas “fugas” se
informa de manera inmediata a la policía
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Un grupo de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA)
deambulan por la zona del Muelle de Poniente y la ampliación
del Puerto, donde algunos de ellos, se drogan con la
inhalación de pegamento. De esta situación no se
responsabiliza el área de Menores de la Ciudad, que afirma
que los MENA bajo su tutela en La Esperanza están
perfectamente controlados.
Un grupo de menores extranjeros no acompañados (MENA) se
refugia en las instalaciones portuarias del Muelle de
Poniente, donde algunos de ellos se drogan con pegamento. EL
PUEBLO ha localizado al menos a cuatro de estos adolescentes
que, a plena luz del día, se pasean por la zona de
ampliación y el espigón mientras inhalan la sustancia
tóxica. Este diario logró hablar brevemente con uno de los
chavales, que dijo llamarse Chorfa y proceder de Casablanca.
Cuando se le preguntó por sus padres respondió con un
escueto ‘missing’ (desaparecidos).
Los jóvenes, que conocen perfectamente la zona y, en tan
precarias condiciones, trepan por las tuberías del muelle y
deambulan por la escollera, se dedican a pedir dinero u
objetos que luego venden. Un policía portuario explicó que
en muchas ocasiones se les encuentra merodeando por la zona
de los contenedores y que se acercan a los barcos. Uno de
ellos le reconoció no obstante que no tienen intención de ir
a la península pues saben que “las cosas están mal” en todo
el país. “Si pasan por San Antonio y les dan ropa o unos
zapatos, acaban vendiéndolos”, aseguraba el portuario.
Por su parte, desde la Guardia Civil se explica que sólo
intercepta a estos menores en caso de que intenten acceder a
los vehículos que embarcan hacia la península, es decir, en
el control de preembarque. Las mismas fuentes aseguran que
este no es un caso frecuente, pues los inmigrantes a los que
se detecta ocultos en vehículos o intentando acceder a ellos
suelen ser adultos. “El resto, es función de la Policía”,
indican respecto a la responsabilidad de la identificación y
control de estos menores no acompañados que deambulen por la
vía pública. Quejas sobre menores que inhalan pegamento en
la calle se han registrado también por parte de hosteleros
del Poblado.
“No son nuestros”, asegura con rotundidad, la consejera de
Juventud, Menores y Deporte, Susana Román, quien apunta que
los niños que la Ciudad tiene bajo su tutela están
“controlados”. “Nosotros no tenemos competencia en
inmigración y muchos llegan con sus padres y no sabemos qué
hacen y a dónde van o si se quedan”, apunta.
Desde el área de Menores afirman que el protocolo de
actuación es muy rígido con los MENA de La Esperanza y que
“vía fax” se informa de manera inmediata a la Policía cuando
se observa que no han regresado al centro.
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