Entre los puntos de impacto más importantes que tendrá la
construcción de la nueva carretera de enlace entre el puerto
y el Tarajal, una variante de la N-352 de 2,7 kilómetros, se
encuentra el que afecta a la playa de Benítez, de la que se
eliminará un tramo anexo al polígono industrial de 211
metros cuadrados. La invasión del arenal ha sido necesaria,
según Carreteras, para evitar la demolición de un edificio
de viviendas de seis plantas. Además, el proyecto supone el
encauzamiento completo del arroyo de Benítez, una medida que
argumentan tendrá como ventaja la “eliminará el riesgo de
inundación”.
Uno de los principales impactos que, desde el punto de vista
del medio ambiente, tendrá la construcción del futuro vial
entre el puerto y la frontera será la ocupación de parte del
Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT) en la zona de
Benítez. En concreto, y aunque los autores del proyecto han
tratado de minimizar este impacto, la obra supondrá la
eliminación de 221 metros cuadrados de la playa.
En la Declaración de Impacto Ambiental, publicada el pasado
fin de semana, se hace constar entre las modificaciones
introducidas por el promotor el proyecto -la Dirección
General de Carreteras del Ministerio de Fomento-, que
finalizado el plazo de información pública ha realizado
ajustes de trazado sobre la alternativa elegida (n.º 5) que
“consiguen reducir la ocupación de la playa de Benítez de
877 m2 previstos en el estudio de impacto ambiental, a 211
m2. “Para ello se ha eliminado la conexión entre el paseo
marítimo de Benítez y la calle veintidós del polígono
industrial del Puerto, terminándose en fondo de saco”,
indican.
En relación a este tramo inicial de la carretera y con la
necesidad de eliminar parte de la playa anexa al puerto se
indica que las razones que el promotor aduce para justificar
esta alternativa frente a otras que no afecten al DPMT, “son
las correspondientes a evitar importantes afecciones
urbanísticas que implican la demolición de un edificio de
viviendas de seis plantas”. En relación con el material de
playa, la información proporcionada por el promotor señala,
en base a un ensayo de penetración, que se trata de arenas
sueltas hasta 1,5 metros de profundidad y de arenas densas
hasta los 5, concluyendo que el volumen de arena afectado
por la obra es de 316 m3 de arena suelta.
Por último, en relación al material extraído, se señala que
“dado el reducido volumen a excavar se evitará el vertido al
mar de cualquier fracción de los mismos y que frente a los
casi 20.000 m2 de playa, los 316 m3 resultan “escasamente
significativos”.
El volumen de arena extraído será depositado en la playa
seca y redistribuido.
Otro de los impactos que ninguna de las cinco alternativas
estudiadas podía evitar es la necesidad de canalizar el
arroyo Benítez.
Una de las alegaciones presentadas al proyecto, por parte de
la asociación Septem Nostra, señalaba que este encauzamiento
es una medida que contradice la Estrategia Española contra
el Cambio Climático. La respuesta del promotor es que “se ha
efectuado un estudio de la cuenca del arroyo de Benítez, que
es un cauce urbano, analizando el embovedado existente”,
detectándose que se trata de una bóveda “insuficiente”, pues
la sección actual es un cajón de 1,90x1.00 metros. Frente a
ello, indica que se realizará “un paso de 4x2 metros que
elimina el riesgo de inundación”.
|
La carretera atravesará una zona de “escasa biodiversidad”
pero con fauna de interés especial
Según se recoge en el proyecto
sometido a declaración de impacto ambiental, que ha sido
favorable, el trazado de la variante de la N-352 afecta “a
varios arroyos y barrancos de poca entidad”. De norte a sur
se encuentra en primer lugar el arroyo de Benítez; tras
atravesar el túnel se desemboca en la vertiente sur y se
llega al arroyo de las Colmenas, y al final del trazado se
cruza con el arroyo de Arcos Quebrados.
Las actuaciones no se localizan dentro de ningún espacio
incluido en la Red Natura 2000 ni en la Red de Espacios
Naturales Protegidos y las principales manchas de vegetación
se encuentran en la vaguada que forma el arroyo de Benítez.
Respecto a la fauna, y aunque se indica que en la zona
existe “una escasa biodiversidad”, se hace constar que
cuenta con especies catalogadas como de interés especial.
Este es el caso de la rana magrebí y el sapo moruno (en
regresión), así como el erizo moruno, cuatro especies de
murciélago y aves como la garcilla bueyera y el petirrojo.
|