En los dos años que ostentó la alcaldía de Ceuta en la
primera corporación democrática, Ricardo Muñoz fue partícipe
del equipo de hombres (no había concejalas en esa
legislatura) que sentó los pilares de una nueva forma de
gobernar para los ceutíes.
El recorrido político de Ricardo Muñoz se inicia en la Unión
de Centro Democrático hasta la disolución de este partido en
el año 1983, después de que en las elecciones generales de
1982 que ganó Felipe González UCD prácticamente desaparecía
del parlamento perdiendo 157 diputados y quedándose
solamente con once.
El equipo de UCD en Ceuta probó suerte con el Partido
Demócrata Liberal, que fundó Antonio Garrigues Walker a
partir de sectores liberales de UCD.
Bajo estas siglas, PDL, Muñoz encabezó la candidatura al
Ayuntamiento en 1983, obteniendo solamente dos escaños.
Estos bajos resultados motivaron su renuncia al acta de
concejal, por lo que la lista corrió un puesto más y fueron
electos Emilio Lamorena y Ramón Ruiz.
Los resultados a nivel nacional también fueron malos y
escasos, por lo que Garrigues convocó un congreso
extraordinario del PDL para aprobar su disolución y
fusionarse con la operación reformista que se iniciaba junto
a Miquel Roca, formando en 1986 el Partido Reformista
Democrático, PRD.
Tampoco tuvo éxito esta formación liberal reformista y,
finalmente, Ricardo Muñoz ingresaría en el Partido Popular,
que sería ya su opción política definitiva.
A lo largo de sus muchos años de militancia en el PP ceutí,
formó parte de la ejecutiva del partido y llegó a ser el
presidente regional del mismo desde 1996 hasta el año 1999,
durante la época de José María Aznar en el Gobierno.
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