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sociedad - DOMINGO, 22 DE MAYO DE 2011


muñoz junto a Antonio Domínguez. ep.

recordando
 

El alcalde que impuso la medalla de Ceuta al Rey de España

El Ayuntamiento ceutí aprobó por aclamación conceder al rey la Medalla de Oro y Brillantes el 5 de mayo de 1980
 

CEUTA
J. Losan

ceuta
@elpueblodeceuta.com

En una jornada que quedó para los anales de la historia, el Rey Don Juan Carlos recibió en audiencia a la Corporación Municipal de Ceuta, algo que no se ha vuelto a repetir posteriormente, en un acto donde el Ayuntamiento ceutí le haría entrega de la mayor condecoración que puede aprobar la ciudad, la Medalla de la Ciudad en su categoría especial de Oro y Brillantes.


El 29 de noviembre de 1982, el Rey de España, D. Juan Carlos I, concedió audiencia a la Corporación Municipal de Ceuta, en cuyo transcurso se le impuso la Medalla de Bronce de la ciudad por expreso deseo del monarca, ya que la que se había aprobado por el Pleno municipal era la de Oro y Brillantes, la máxima condecoración que podía otorgar el Ayuntamiento.

A la audiencia real asistieron todos los concejales, además de los parlamentarios en Cortes, celebrada en el Palacio de la Zarzuela.

El Ayuntamiento, en sesión plenaria, había aprobado el día 5 de mayo de 1980, “otorgar la Medalla de la Ciudad, en su categoría especial de oro y brillantes, a Su Majestad, el Rey de España, Don Juan Carlos I, en prueba de gratitud, lealtad y reconocimiento”.

Cuando la comunicación oficial llegó al Palacio de la Zarzuela, se contestó que se aceptaba ese reconocimiento, pero por expreso deseo del Rey, la medalla sería de bronce.

La cita se fijó para el 29 de noviembre, y el alcalde, en su discurso, destacó que “la decisión de aceptar tan solo la Medalla de Bronce determina que este acto, al tiempo que representa una modificación de la naturaleza material de la distinción, dotándola de una austeridad castrense que los ceutíes sabemos entender, lo impregna de un claro sentido ideológico, al transformar la brillantez que antaño solía rodear a la realeza en tono apagado pero fuerte, sólido y fiable de bronce, expresión de las virtudes de este pueblo español”.

Muñoz también aprovechó esa ocasión para comentar que lo idóneo habría sido poder celebrar ese acto en Ceuta.

El Rey, tras agradecer la distinción, apuntó que “desde hace tiempo, tanto la Reina y yo deseamos visitar Ceuta, que visitaremos”.

Personalmente, se dirigió a Ricardo Muñoz para decirle: “señor alcalde, transmita al pueblo ceutí mis saludos y afectos. Visitar Ceuta es deseo tanto de la reina como mío”.

Además de la Medalla de Bronce de la Ciudad y su título correspondiente, también se entregó una placa al monarca en la que se plasmaba el texto de la moción aprobada por aclamación en la sesión del 25 de junio de 1980.

Una vez finalizada la ceremonia y entrando ya en una segunda fase menos formal, el alcalde ceutí entregó al Rey un expediente amplio que contenía algunos de los asuntos más importantes para Ceuta, entre los que se encontraban los problemas del transporte marítimo, la economía, inversión pública y la inminente apertura de la verja de Gibraltar, aspecto este último que originó una serie de preguntas que hizo Don Juan Carlos a los representantes ceutíes, especialmente por la repercusión que podría tener para la economía y la vida ceutí el libre acceso a Gibraltar.

A la recepción no pudieeron acudir los concejales José María Albert y Antonio Bernal Álvarez.
 


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