“Nos han mandado a nuestra casa, hemos cogido mucho
contagio. Mi compañera está muerta, nuestros hijos
enfermos... Y todo a consecuencia del trabajo”. Con estas
palabras se dirigió a la ministra de Sanidad una antigua
técnico especialista en radiodiagnóstico, saltándose la
seguridad y los protocolos.
No quiso desaprovechar la ocasión e instó a la misnistra
para que les ayudase en un caso de, según explicó,
enfermedad causada por daños laborales. “¿Qué va a ser de
nosotros, de los trabajadores?”, le preguntó. “Tengo el
derecho de hablar”, insistía mientras el equipo organizativo
del Hospital Universitario la instaba a apartarse. La
titular de Sanidad la escuchó y le dijo que estudiaría su
caso “porque lo desconocía”. Para ello, le dio la tarjeta de
su jefe de gabinete.
Sin las reticencias de los sindicatos, la antigua
trabajadora le pregunto también sobre el número de personal,
a lo que Leire Pajín respondió: Hay poco personal porque en
la sanidad siempre se necesita más, pero estarás conmigo en
que el cambio que ha habido es muy importante”. Ante esto,
la mujer le aseguró que ella era socialista. “Eso no tiene
nada que ver”, le respondió Pajín antes de continuar su
visita por los diferentes servicios del Hospital
Universitario de Ceuta.
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