El premio que parte del “corazón” de los ceutíes y destaca
“comportamientos y virtudes” que favorecen el clima para la
“concordia y la integración”, reconocía ayer el mérito de
una mujer que fue considerada por el presidente de la Ciudad
Juan Vivas, un “ejemplo de valentía, audacia y solidaridad.
Un rayo de esperanza que está en el corazón de los hombres
de buena voluntad”.
Para el presidente de la Ciudad, una de las muchas virtudes
que representaba la imagen de Helen Lieberman era su
compromiso hacia las dos reglas que él consideraba como
reguladoras de la convivencia: la responsabilidad y la
sensibilidad. “Es conveniente que el hombre sea consciente
de que no puede pasar por alto el adquirir un compromiso
ético y un valor moral. Y la salida para ello es tratar a
todos por igual, la bandera que ha llevado Helen Lieberman a
lo largo de su vida, por eso, es todo un lujo para la
sociedad”.
No faltaron entre las palabras del presidente de la Ciudad,
los paralelismos entre la esencia de Ceuta, ciudad de las
cuatro culturas, y la procedencia de la XII Premio
Convivencia, ya que “el arco iris que en Sudáfrica es
racial, en la ciudad autónoma es cultural”.
Para finalizar su intervención en el Salón del Trono, Vivas
lanzo un mensaje a los ceutíes y la sociedad en general,
esgrimiendo que Lieberman tenían una misión que cumplir en
el mundo, “pellizcar nuestra conciencia”, por ello clamó que
“por el bien de la humanidad, esperamos que su ejemplo sea
único”. Discurso que tuvo momentos de complicidad con
Lieberman, que no podía contener la emoción al escuchar
atentamente las palabras del presidente de la Ciudad.
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