En calidad de testigos, declararon el jefe orgánico del
grupo al que pertenecían los acusados en la fecha de los
hechos y la intérprete que asistió a la supuesta víctima en
comisaría a la hora de formular la denuncia.
Por un lado, la intérprete aseguró que el denunciante, en su
primera declaración, había insistido en que los acusados le
habían sacado una pistola, cuyas características físicas no
recordaba pero sí el detalle de que el arma tenía las cachas
de madera. Por lo que en la misma Jefatura Superior de
Policía mostraron al presunto perjudicado una serie de
pistolas para que identificase la que supuestamente le había
apuntado, señalando la misma con detalles en madera. La
defensa aprovechó dicha declaración para puntualizar que los
agentes de dicho Cuerpo “no llevan este tipo de arma” además
de aclarar que ante el tribunal el denunciante había
sostenido que los imputados “sólo pusieron la mano sobre el
arma pero sin sacarla”. Por su parte, el jefe de grupo
insistió en que los imputados eran “ejemplares”, de su
“entera confianza” y que ese mismo día habían llamado a la
central para comprobar si el detenido, en aquel momento,
constaba de antecedentes penales, dando parte del suceso a
los compañeros.
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