Venía desde Francia con el objetivo de comprar una casa en
Marruecos pero el billete de ida y vuelta que adquirió en
Algeciras llevaba el nombre de un ceutí en busca y captura.
Así describió la ficha técnica del denunciante la letrada de
la defensa argumentando que este había realizado un viaje
“un tanto peculiar” teniendo en cuenta no sólo estos datos
sino el hecho de que “denunció casi un día después el
supuesto robo de 21.000 euros y tras haber estado en la
frontera del Tarajal muchas horas sin comer, argumentando
que en Ceuta, por el idioma, no sabía como desenvolverse
cuando el árabe aquí se habla por toda la ciudad”.
Entre preguntas y respuestas, el alegato de la defensa para
pedir la absolución de los policías fue claro y contundente.
“Realizaron una actuación limpia y normalizada, a plena luz
del día, con cámaras de seguridad por todo el puerto, las
dependencias policiales a pocos metros, con la presencia de
un empleado que no vio nada irregular y con una
consideración, por parte de sus jefes y compañeros, muy
altas. Además de mantener las declaraciones, durante tres
años, sin contradicción alguna”, argumentó la abogada.
Otro de los detalles que utilizó la letrada para demostrar
las contradicciones del denunciante durante el juicio fue el
estacionamiento del vehículo cuando fue inspeccionado por
los policías que, según el trabajador del aparcamiento,
“estaba a escasos metros y se veía porque había pocos
coches” mientras que el denunciante decía no localizarlo por
la multitud de turismos.
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