El representante del Ministerio Fiscal en la ciudad y la
defensa de dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía,
denunciados por un robo, pidieron al tribunal de la Sección
VI de la Audiencia Provincial la libre absolución de los
acusados mientras que la acusación particular solicitó cinco
años de prisión para los mismos. El juicio quedó visto para
sentencia.
Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía ocuparon ayer el
banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por el
supuesto robo denunciado por un ciudadano francés y por el
que el abogado de dicha acusación particular solicita la
pena de cinco años de prisión para los policías. Sin
embargo, en este caso el Ministerio Público no ejerció
acusación alguna sobre los agentes al no encontrar pruebas
de delito y pidió a los magistrados de la Sala la libre
absolución de los mismos. Petición a la que se adhirió la
defensa insistiendo en que la única prueba de cargo
presentada por la acusación era la declaración del
denunciante que, durante el juicio, modificó sus
declaraciones hasta en tres ocasiones: en comisaría, en
instrucción y en la vista oral.
Los hechos denunciados tuvieron lugar el 19 de junio de
2007, sobre las 11:00 horas, en el aparcamiento de la
Estación Marítima cuando los acusados, que por aquella fecha
ejercían funciones en la brigada antiterrorista, observaron
la apariencia “sospechosa” del denunciante y procedieron a
su cacheo, localizando en una riñonera un sobre con un “fajo
de billetes”. Por lo que, al preguntarle de dónde procedía
tal cantidad, este les comunicó que tenía los papeles en el
coche y que era para comprar una casa en Marruecos. Durante
la inspección del vehículo, uno de los agentes encontró otro
sobre con muchos billetes, por lo que siguieron el
interrogatorio aunque comprobaron en unos documentos la
existencia de un sello bancario, por lo que el dinero no
procedería de actividad ilícita.
Esta fue la versión dada por los policías durante el juicio
aunque el denunciante contradijo bastantes detalles. Según
él, uno de los agentes se quedó “con dinero de los dos
sobres que nunca me devolvió y cuando lo comprobé, le dije
que me devolviese los 21.000 euros. Por eso, se puso la mano
sobre la pistola y me dijo que me fuera rápido para
Marruecos”. Tras el paso de los testigos, el juicio quedó
visto para sentencia.
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