El Muelle España vivió ayer un espectáculo dantesco cuando
los heridos comenzaron a llegar y a ser tratados en un
ambiente de nerviosismo y desolación. Los protagonistas y
los testigos del accidente piensan que “se habrían salvado
más vidas si Marruecos hubiese actuado antes”, aunque alaban
la valentía de los marroquíes, que “se volcaron para
ayudarnos”.
Todo lo que se podía encontrar ayer en el Muelle España era
desolación. El crucero portugués ‘Funchal’, que hace poco
más de una semana atracaba en Ceuta y la llenaba de turistas
lusos en busca de los orígenes de la ciudad, había vuelto
para darse de bruces con la tragedia.
Desde antes de las 11:00 horas, los agentes de urgencias del
061, la Guardia Civil, la Policía Portuaria y Protección
Civil corrían de un lado a otro mientras no cesaban de
llegar heridos ante la sorpresa primero, y el horror
después, de los cruceristas que habían permanecido en el
barco o que habían preferido un paseo por Ceuta a la
fatídica excursión a Marruecos. Los familiares y los amigos
se reencontraban mientras las malas noticias volaban de boca
en boca. Las lágrimas cundieron en el recinto del puerto: de
alegría y de tristeza, y también de nerviosismo.
El trágico día de ayer sirvió para que el Puesto de Mando
Avanzado de Protección Civil fuese inflado por primera vez.
Fue aquí, y en la pequeña carpa de los Servicios Turísticos
de Ceuta, donde se les prestó a los heridos y a los que
fueron presa del pánico las debidas atenciones. El personal
del propio ‘Funchal’ jugó un papel muy destacado en esta
labor de auxilio junto a las mencionadas fuerzas de la
Ciudad, cuyo presidente, Juan Vivas, también estuvo presente
durante la operación acompañado de otras personalidades
políticas como el Delegado del Gobierno, José Fernández
Chacón, el presidente de la Autoridad Portuaria, José
Torrado, la consejera de Sanidad y Consumo, Adela Nieto, el
consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez, o el
director territoral del Ingesa, Jesús Lopera.
Supervivientes
“Ha sido la peor experiencia de nuestra vida: pensábamos que
íbamos a morir”. Eran las todavía temblorosas palabras de
una joven pareja que viajaba en el autobús siniestrado y que
no quiso dejar sus nombres. “Nosotros pudimos salir bien
parados, pero otros no lo han conseguido, y ha sido sobre
todo por lo que han tardado las autoridades marroquíes en
ayudarnos” explica esta pareja, que añade que estuvieron
“más de tres cuartos de hora sin que nadie viniese a
socorrernos; sólo hubo dos policías con nosotros y casi a la
hora llegó un jeep médico: ha sido horroroso; nunca más
vamos a volver a Marruecos”.
“La experiencia ha sido un trauma” declaró la viajera del
segundo autobús Ana Lobo, cuyas palabras fueron aprobadas
por uno de sus compañeros, Eloi Pereira, que declaró que
“desde luego que se habrían salvado más personas si se
hubiese actuado antes”.
Sin embargo, si bien las autoridades de Marruecos “tardaron
muchísimo en actuar” en opinión de los que habían vivido o
habían sido testigos de la tragedia, los ciudadanos
marroquíes que se encontraban en el lugar de los hechos “se
volcaron con nosotros”. “Todos se lanzaron al autobús a
ayudar a los heridos” explicó Mario Rivero, que añadió que
“algunos hasta se cortaron con los cristales para echar una
mano”. Estas palabras las corroboró el guía del quinto
autobús, que afirmó que “todo marroquí testigo del accidente
se entregó para socorrer a los heridos”.
Actuación de Marruecos
A pesar de las críticas vertidas por los que vivieron el
accidente, es preciso destacar que, aunque algo tarde, el
gobernador de la ciudad de Rincón capitaneó la activación de
todos los mecanismos sanitarios y los medios necesarios para
socorrer a las víctimas del dramático suceso.
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