La de Jesús Lladó es la segunda muerte de un submarinista
que se produce en algo más de quince meses. La anterior tuvo
lugar el 30 de abril de 2009: es el caso del bombero Marco
Antonio Navas, joven ceutí de 39 años, que tuvo el triste
honor de ser el primer funcionario del Servicio de Extinción
de Incendios de la Ciudad Autónoma fallecido durante el
ejercicio de su profesión.
Marcos también perdió la vida en las profundidades de las
aguas de Ceuta mientras, junto con otros tres compañeros,
realizaban ejercicios prácticos de submarinismo en la bahía
sur frente al Sarchal. Buzos del Centro de Buceo de Ceuta
lograron hallar el cuerpo del bombero unas dos horas después
de que, por las corrientes, le perdieran de vista sus
compañeros durante las maniobras de ascenso.
Francis Valero, propietario del ‘Diving Center Ceuta’, ha
explicado a ‘EL PUEBLO’ las principales normas de seguridad
a la hora de practicar estas actividades. “Existe una regla
de oro que todos hemos de seguir, y que es no estar nunca
completamente solo” declara el propietario de la empresa de
buceo, que también señala otras normas como “evitar la
incidencia de la fatiga” y “conocer las propias limitaciones
para saber cuándo y dónde es preciso parar la actividad”.
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