El cuerpo sin vida del joven submarinista Jesús Lladó Murcia
fue rescatado de las profundidades del mar pasadas las ocho
de la mañana de ayer, después de una intensa noche de
búsqueda en la que ni el servicio de bomberos ni el grupo de
actividades subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil
escatimaron esfuerzos para dar con su rastro. El fallecido
contaba tan sólo con 24 años y tenía una pareja y un hijo de
dos años y medio. Según el relato de su familia, salió al
mediodía del viernes a pescar en la playa de San Amaro y no
volvió, por lo sonaron todas las alertas en una noche
inabarcable y de resultados funestos.
El joven submarinista Jesús Lladó Murcia fue rescatado sin
vida en el amanecer de ayer domingo de las entrañas del mar,
en la playa de San Amaro, después de una búsqueda
desesperada desde la media noche del viernes que tuvo en
jaque todos sus familiares, amigos y efectivos del Cuerpo de
bomberos, los grupos de actividades subacuáticas (GEAS) de
la Guardia Civil y los servicios de emergencias sanitarias.
Según relató a EL PUEBLO la misma madre de la víctima, Ana
Murcia Pacheco, el joven se dirigió a la costa al mediodía
del viernes para practicar pesca submarina y se lanzó a
bucear a las tres de la tarde. A las once de la noche no
había vuelto y alertaron a su padre, que se dirigió con
premura a la comisaría a denunciar el caso.
El servicio de bomberos explicó que recibió el aviso de la
pérdida del rastro del joven Jesús pasadas las 00.00 horas
del sábado. “Un amigo submarinista avisó a un compañero, por
lo que se activó el plan de rescate y nos dirigimos a
iniciar la primera búsqueda en el mar, pero entonces estaba
muy oscuro”, relataron fuentes del cuerpo.
El joven, que tenía novia y un hijo de dos años y medio,
había desaparecido como las estelas en el mar.
Paulatinamente se fue dando la voz de alerta a distintos
dispositivos: el servicio de emergencias sanitarias, que
envió una ambulancia para asistir a los familiares y amigos
que ya esperaban en los alrededores del suceso, y los GEAS
de la Guardia Civil.
Sin sufrimiento
El dispositivo conjunto de bomberos y GEAS retomó la
búsqueda del submarinista pasadas las siete de la mañana. A
las ocho ya se habían sumergido en el agua y veinte minutos
después encontraban el cuerpo inerte de Jesús a catorce
metros de profundidad, con el lastre en su cinturón y el
equipo de pesca submarina. Su madre explicó que fue
encontrado con medio cuerpo en el interior de una gruta y
como encorvado. “El forense ha asegurado que no se ha
enterado de nada”, se consoló Ana Murcia. El cuerpo del
submarinista fue trasladado al cercano muelle Alfau, hasta
que el juez ordenó el levantamiento del cadáver.
Los padres de Jesús Lladó, que ha muerto con 24 años de
edad, son vecinos de Los Rosales, aunque él ya vivía con su
novia en otro domicilio de la parte alta del barrio de
O’Donell. Ayer a la una de la tarde su madre se dirigió
junto con la hermana encinta del fallecido y su yerno a la
casa del submarinista para recoger la documentación relativa
a la actividad pesquera de Jesús e iniciar la tensa espera
para darle sepultura. Tenían que aguardar hasta la una de la
tarde de hoy para que se practicara la autopsia del cadáver,
según siguió detallando Ana Murcia.
La noche anterior había sido muy tensa y con un fatal
desenlace. Desde el cuerpo de bomberos explicaron que
entendieron la preocupación de la familia durante la larga
noche de la búsqueda pero que había cosas que no se podían
hacer: “Cuando llegamos a la playa de San Amaro pasada la
media noche hicimos todo lo que pudimos, pero tampoco
podíamos arriesgar la vida de dos o tres personas para una
búsqueda imposible, porque el cuerpo del submarinista era
muy difícil de localizar en medio de tanta oscuridad”, se
excusaron desde el Cuerpo de bomberos. El insondable abismo
de la noche se cernió sobre todos los que allí esperaban y
todos los que buscaban el cuerpo ya sin aliento de Jesús.
Los bomberos incluso se dieron cuenta, cuando lo rescataron,
ya, a las claras del día, que durante su inmersión nocturna
habían pasado a no más de tres o cuatro metros de donde
después fue hallado el cadáver sin que fueran capaz de
reconocerlo.
Las pompas fúnebres para orar por el descanso eterno del
joven submarinista están previstas para hoy, con la
asistencia del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Jesús
Vivas.
Jesús Lladó Murcia era muy querido en el barrio de sus
padres y en el de la familia de su novia, en el Polígono
Virgen de África, donde ayer se recordaba con enormes
muestras de afecto a este joven que también tiene vínculos
familiares con los propietarios de la emblemática empresa
ceutí Mueco Ceuta. Media ciudad se encontraba ayer de duelo
por el luctuoso suceso.
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