Junto al control de las máquinas expendedoras de alimentos,
las nuevas medidas contra el sobrepeso y la obesidad
infantil pretenden ejercer también una mayor vigilancia
sobre los menús de los comedores escolares, que deberán ser
elaborados y supervisados por dietistas y nutricionistas
para tener garantía acerca de las proporciones de
componentes nutricionales de los alimentos que se sirvan.
Para que sea efectiva, esta medida debe llevar pareja un
contacto continuo con las familias para que conozcan
mensualmente los menús que van a tomar sus hijos, de manera
que puedan equilibrar su alimentación con recomendaciones
para el desayuno, la merienda y la cena. Debe considerarse
que el 35 por ciento de las calorías que ingiere el niño es
aportado por el almuerzo.
Y junto a la dieta equilibrada, se pretende fomentar la
afición por el ejercicio físico y el abandono del
sedentarismo.
De hecho, debe tenerse en cuenta que durante el curso que
acaba de terminar los padres y los profesores de los centros
escolares ceutíes ya han recibido charlas sobre todas estas
cuestiones y que este tipo de actividades piensan extenderse
a los alumnos durante el próximo año lectivo.
De hecho, el Plan de Salud de la Ciudad Autónoma ya cuenta
con un programa de lucha contra el sobrepeso y la obesidad
en la población en general. La Consejería también forma
parte de un grupo de trabajo con representantes de Ingesa,
el Ministerio de Educación y la Facultad de Humanidades para
elaborar medidas al respecto. Igualmente, tiene prevista una
campaña publicitaria global para resaltar la importancia de
la alimentación y el ejercicio físico.
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