Un equipo de artificieros del GEDEX, llegados desde
Algeciras, trabajaron ayer sobre el terreno para recoger
muestras del material expandido procedente de la explosión
que causó este martes un total de diez heridos. Los miembros
del Grupo Especial de Desactivación de Explosivos estuvieron
acompañados de agentes del EBYL (Equipo de Búsqueda y
Localización) de la Comandancia de Ceuta. La labor de estos
técnicos es la de establecer pericialmente la causa de la
explosión dado que, oficialmente, se estaba procediendo a la
quema controlada del material explosivo sobrante de las
obras de movimiento de tierras para la construcción de la
nueva cárcel.
¿Qué ocurrió para que detonara el explosivo sobrante y del
que se procedía a su destrucción?. Eso es lo que trata ahora
de aclarar la investigación que sigue la Guardia Civil a
través de su Brigada de Policía Judicial con la ayuda de los
técnicos artificieros del Instituto Armado que ayer llegaron
por la mañana desde Algeciras.
En una mañana lluviosa, la de ayer, los artificieros,
acompañados de miembros del ‘EBYL’ (Equipo de Búsqueda y
Localización) de la Comandancia de Ceuta, se distribuyeron
el área donde detonó en la tarde-noche del martes el
material sobrante de los explosivos que se estaban
destruyendo con el método habitual para estos casos, tal y
como se ha dicho oficialmente. La labor de los
investigadores ahora es la descubrir por qué, entonces, se
produjo la explosión, del todo punto imprevista arrojando
una cuantía de 10 víctimas de distintas consideración.
Acordonada la zona donde debía trabajar el equipo llegado
desde la península y, con el barro, como verdadero hándicap
-como se aprecian en las imágenes- los agentes recogieron el
material expandido y arrojado en una búsqueda paciente,
metro a metro, cuadrícula a cuadrícula, de elementos, trozos
y piezas que puedan encajar en el puzzle que supone
reconstruir, desde una base pericial, los acontecimientos
para conocer cuál pudo haber sido la causa del accidente,
como así se ha atribuido al suceso, que provocó entre otras
cuestiones que uno de los trabajadores de la empresa
asturiana de voladura se debata ahora entre la vida y la
muerte y otros dos trabajadores mantengan la gravedad en el
pronóstico médico, en el que uno de ellos puede perder parte
de la mano.
La zona donde ocurrieron los hechos permanecía acordonada y
vigilada por la Guardia Civil. Los accesos por el Serrallo
estaban prohibidos. Abajo se trabajaba en la búsqueda de
elementos en el mismo punto de la explosión y los
alrededores.
Los agentes pudieron reunir numeroso material y restos
lanzados a varias decenas de metros. Ahora forman parte de
la investigación.
Por otro lado, la Guardia Civil comenzará, en breve, a tomar
declaración de cuantos estuvieron presentes, y elaborará las
diligencias habituales que lleva a cabo la Brigada de
Policía Judicial del Instituto Armado.
|
Los agentes que vigilaban la quema, los primeros en ayudar
Los dos agentes de la Guardia
Civil que vigilaban el proceso de destrucción del material
explosivo y que, en el interior del vehículo, a una
distancia de unos 25 metros del punto de la quema, se vieron
sometidos a los efectos de la onda expansiva que deterioró
el Patrol, pudieron reponerse aun aturdidos y se dirigieron
de inmediato a socorrer a los heridos que habían sido
alcanzados por la explosión. Fueron retirando uno a uno a
los heridos de la zona mientras el COS ya alertado
gestionaba la emergencia. Los agentes realizaron un servicio
de arrojo considerable y se mantuvieron junto a las víctimas
hasta la llegada de las unidades medicalizadas. Cuando todos
los heridos -ellos incluidos- se encontraban ya desplazados
hasta el Hospital Universitario no permitieron ser atendidos
hasta que no lo hubiesen sido el personal civil. Aun con sus
dolencias fueron los últimos en ser reconocidos médicamente.
|