Clemente Cerdeira, considerado ya, al igual que lo era
Miaja, uno de los últimos ‘históricos’ del socialismo ceutí,
contemporáneo del ex alcalde fallecido ayer, subrayaba en
primer lugar, al ser preguntado por su figura, precisamente
esa característica, pues se conocían, explicó, “desde la
clandestinidad”. “Yo soy ahora mismo -subrayaba con orgullo-
el único de la clandestinidad que queda aquí”, para añadir,
que junto con Miaja y el resto de socialistas de la época
conformaban un grupo “natural”. “Nos reuníamos en un café
que se llamaba Noray”, señalaba con nostalgia.
Respecto al legado que ha dejado su compañero como político
y como socialista, para Cerdeira es “mucho”, pero sobre
todo, su bonhomía, “lo bueno que era, su amistad, la
comprensión, para él era un gran valor”. Como hicieran todos
los que le conocieron, Cerdeira confirmaba la dulzura del
carácter de Fructuoso Miaja, “era totalmente afable, pero
con todo el mundo, sabiendo que a veces había enemigos a
rajatabla, él los trataba de tú a tú y sin preocuparse de
otras circunstancias”.
Como alcalde, el político que ayer despidieron compañeros de
muchas y distintas generaciones de socialistas, para este
contemporáneo era “igual” de agradable en el trato, “y como
senador, porque fue senador con una hija mía”, recordaba
también con la emoción del padre que ha sufrido la pérdida
de uno de sus vástagos, continuadora además como lo era
Carmen de la tradición familiar de una larga saga de
socialistas.
Cerdeira asumía lo irremediable de la pérdida de un hombre
de 91 años, “igual que yo..., servimos para estas cosas, de
vez en cuando, recordar y llorar”, concluía.
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