Esta feria hubo una caseta en el real que servía más de mil
cenas cada noche. Había cola y la gente esperaba con
paciencia para sentarse a degustar un arroz meloso con
caravinero y pulpo o presa ibérica con manzana y Pedro
Ximénez o un bacalao con salsa de pimientos del piquillo y
aceitunas negras. Era en ‘La Capea’, una caseta en la que
Hugo Ruiz Aguilar, de 25 años, se dió a conocer a los
ceutíes tras muchos años estudiando fuera. Y otros tantos
trabajando.
En su currículum figuran trabajos con los mejores cocineros
del país, algunos incluso del mundo. Siempre supo que estar
entre fogones era su meta profesional y poco a poco lo está
consiguiendo. Sólo hay una pega: ha tenido que irse de Ceuta
para convertirse en un buen profesional ya que los estudios
que se imparten en el IES Almina “no son superiores y hoy
por hoy es imprescindible una buena preparación para
trabajar y ser jefe de cocina se me quedaba pequeño”.
Sus padres apostaron por su vocación y él se fue a la
Escuela Superior de Hostelería de Sevilla, donde prácticas y
teoría se conjugaban desde el principio y comenzó a elaborar
un currículum que contiene desde su trabajo en el
considerado quinto restaurante mejor del mundo a otros
locales reconocidos con las estrellas michelín como el Meliá
Don Pepe donde se encuentra este verano. Trabajo junto al
equipo de cocina de Dani García, uno de los cocineros más
importantes a nivel nacional del que aprende cada día cosas
nuevas.
Con todo ese porvenir por delante, Hugo Silva tiene tan sólo
un deseo: volver a Ceuta, establecerse y poner en marcha un
restaurante. “Pequeño, no tengo más aspiraciones que vivir
de loq ue he aprendido y que los ceutíes y todos los que
deseen venir prueben mis platos y queden satisfechos”. Silva
confirma con sus historia el problema que vive el sector de
la hostelería en Ceuta. Dice que “no hay profesionales ni
gente capacitada para dar un buen servicio y conozco a gente
que ha tenido que irse hasta Santiago para poder formarse.
Sin duda la Escuela de Hostelería haría una gran bien a
Ceuta”, apunta. Es el claro ejemplo de joven ceutí,
sobradamente preparado y que sigue en su empeño por formarse
pero que ha sacrificado mucho para poder hacerlo lejos de su
tierra que no ha podido brindarle esa oportunidad. Ahora él
apuesta porque otros chavales no se queden a las puertas de
conseguir su sueño.
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