Pablo Guerra, dueño de la caseta de marcha El Refugio,
considera que esta feria está siendo tranquila gracias a la
actuación tanto de la Policía como de los porteros de
seguridad. “Esperamos cerrar la feria sin incidentes otro
año más”.
El de ayer fue el día grande para la caseta de El Refugio,
con la actuación del saxofonista Cuca Morales.
Pablo Guerra ha apostado un año más por ser protagonista en
la feria y este año ha alquilado tres módulos, uno más que
el año pasado, gracias, en parte, a la apertura de la
discoteca Divine en el Poblado Marinero, lo que le está
reportando, si cabe, una clientela mayor. “Hemos preferido
seguir llamándole Refugio, porque es nuestra marca registral”.
Este año ha vuelto a situar su caseta en el centro de la
calle de marcha y mantiene un nivel de seguridad acorde con
el tamaño de la caseta, que se ha visto mejorado, como
consecuencia de la implantación de un reservado y de más
ventiladores, algo de lo más demandado el pasado año.
Guerra considera que este año no percibe nada malo en su
caseta y reconoce el trabajo de los cuerpos y fuerzas de
seguridad del estado para que se mantenga el orden en la
zona de marcha del recinto ferial. “En nuestra caseta no
estamos teniendo problemas, esa es la verdad y esperamos no
registrar incidentes”. El año pasado transcurrió sin
problemas y a ello contribuye el ambiente de la caseta, con
un público “ejemplar”.
La música ayuda a mantener esta concordia. Dj Gusy es el
encargado de elegir los discos, que suelen ser comerciales,
ochenteros y pop español. Una de las pocas pegas que pone
Guerra a esta feria radica en la calidad de los conciertos.
“Que vengan buenos artistas radica en que baje más gente y
que luego se pase por las casetas, pero tampoco es algo que
se note demasiado, como tampoco se está notando la crisis”.
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