Si todo era dramático en el escenario dibujado por el
agresor, aún era peor ver no ya las caras de dolor de los
familiares, sino la imagen de esa pequeña morenita de pelo
rizado llorando sentada en las escaleras del portal donde
sólo un piso más arriba su padre había acabado con la vida
de su madre.
Imágenes que delatan el drama de los acontecimientos
promovidos por la sinrazón y la cobardía. Segunda víctima
por violencia de género en Ceuta en seis años y la número 28
en España en lo que llevamos de año.
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