Los responsables de esta investigación consideran que el
fracaso del alumnos es más claro en niveles de la ESO porque
en ese momento el lenguaje que se utiliza en la enseñanza
adquiere un sentido “más académico y más técnico”.
La comunicación llegada a esta altura se hace “más
exigente”, algo que choca con los niveles de conocimiento
del castellano de los propios alumnos dariyaparlantes. Hasta
ese momento muchos de los estudiantes de lengua materna
dariya se defienden con el castellano en condiciones en que
el contexto tiene más importancia que el propio mensaje. El
paralenguaje (gestos y situación) enriquecen y facilitan la
comprensión del mensaje.
Según López Ruiz, en la ESO se le va a exigir al alumno el
entendimiento de un lenguaje “altamente descontextualizado”
por lo que es ahí donde se evidencia más el fracaso. No
todos los alumnos están preparados. Cierto es que esta
circunstancia se da sobremanera entre los dariyaparlantes,
pero también hay casos de quienes tienen el castellano como
propio.
El fracaso se detecta en este punto de la educación pero los
investigadores tienen claro que para atajarlo hay que ir
mucho antes. En informe final del estudio se aportan las
implicaciones que deberían llevarse a cabo desde las
instituciones socioeducativas, desde los centros y desde la
práctica docente.
|