Cada uno explicó su historia y su versión de los hechos
aunque sólo uno de los cuatro acusados se hizo responsable
de los 131 kilos de hachís que se interceptaron en el garaje
de un hotel de la ciudad.
Primer acusado
“Tengo un contacto en Marruecos que me llama y me dice donde
tengo que recoger la droga. Soy responsable de ella hasta
que me vuelven a llamar para que la deje en algún sitio pero
no me pertenece. Luego la llevo a mi casa, la preparo y la
envaso. Ese día, la iba a desplazar hasta la zona del LIDEL
pero al ver que me seguía la policía, me metí en el garaje
del hotel porque la puerta estaba abierta. Subí al hotel a
buscar a otro de los acusados, que conocía porque he
trabajado con él y lo había visto el día anterior, y le pedí
si me podía llevar a Estepona unas herramientas. Me dejó las
llaves de su coche y le metí las dos maletas que portaban la
droga y no utensilios de trabajo. Luego le devolví la llave
y me fui en el coche con mi primo. Él estuvo conmigo en todo
momento pero nunca supo qué había en las maletas y sólo me
ayudó a cargarlas de mi casa al coche. Si accedí a desplazar
la droga es porque soy carpintero y ahora mismo no hay
trabajo”.
Segundo acusado
“Vine de Marruecos para pasar ese fin de semana con mi primo
(primer acusado). Lo ayudé a transportar unas bolsas de
deporte el día 16 o 17 de enero para su casa. Y el día 18
también cargué dos maletas en su coche pero nunca supe qué
había dentro de ellas. Tampoco me percaté de que la policía
nos seguía ese día y tampoco presencié el cambio de maletas
porque me quedé dentro del coche y no vi nada. Además
tampoco conocía a los otros dos acusados. Cuando procedieron
a nuestra detención, me entró miedo y salí corriendo pero
lograron alcanzarme”.
Tercer acusado
“Conozco al primer acusado porque hacemos negocios de
transporte de madera de Marruecos a mi empresa de Madrid,
con una relación normal y de confianza entre trabajadores.
Vine a Ceuta dos fines de semana seguidos para intentar
negociar la construcción de una cocina en un edificio de la
ciudad estando acompañado por mi esposa, mi hijo y mi nieto.
Vine en un coche de alquiler porque el mío estaba estropeado
y no sabía que me habían metido dos maletas con droga. Es
cierto que le di la llave de mi coche al primer acusado para
desplazarle sus herramientas de trabajo a la península
mientras yo estaba pagando la habitación del hotel. Tardó
unos cinco o diez minutos. Después, volví al garaje para
guardar unas cosas de mi nieto en el asiento trasero pero en
ningún momento vi a nadie. Al salir del hotel, me encontré
al cuarto acusado, con el que mantengo una buena relación de
trabajo, y nos fuimos a comer con él y su mujer. Pero a los
100 metros, nos detuvieron. Al principio, los agentes me
coaccionaron para que declarase que esto era una trama
organizada y que todos estábamos involucrados a cambio de
que liberasen a mi esposa. Pero todo es mentira, nadie había
pactado nada, los que nos conocemos es por trabajo y ya
está; y mucho menos que iba a distribuir la droga por la
Costa del Sol a cambio de 6.000 euros. Dispongo de una
empresa que va bien y no voy a poner en juego la estabilidad
de mi familia. Lo que querían los policías es que culpase al
cuarto acusado como jefe de la organización porque dicen que
llevan tiempo detrás de él aunque nunca me ha ofrecido
vender droga”.
Cuarto acusado
“Vengo constantemente porque tengo un negocio familiar y
debo recoger pagos muy altos que no se pueden realizar con
transferencia. Coincidí en el hotel con el tercer acusado,
la igual que otras veces, por casualidad y nos conocemos por
motivos de trabajo. Me hospedo en un hotel porque mi padre
es de Marruecos aunque sea residente en Ceuta por un favor
que le han hecho pero él no tiene casa aquí. No sé nada de
la droga, ni de la calle Molino y al primer acusado lo
conozco porque ha trabajado para mi y nos hemos visto por
Ceuta en algunas ocasiones. Al garaje sólo bajé una vez y
para coger mi móvil. Nunca vi a nadie ni nada raro”.
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