‘Atlas del fracaso escolar’ es uno de los 4 estudios becados
por el IEC para ofrecer datos relativos a este problema.
Pese a haber contado con la realización de encuestas a
alumnado y profesorado es un estudio más descriptivo que
concluyente.
Los autores hablan de un “influencia innegable” del entorno
familiar en los resultados escolares del alumno al tiempo
que referencian que actualmente en Ceuta la población
musulmana está más afectada por las desigualdades sociales y
económicas.
El estudio refleja que los padres musulmanes participan más
en la vida escolar de sus hijos pero tienen menores
expectativas de éxito.
Un estudio realizado por el sociólogo ceutí José Miguel
Cantón, adscrito a las becas del Instituto de Estudios
Ceutíes (IEC), considera que las condiciones
socioeconómicas, educativas y laborales de muchas familias
locales pueden tener una “influencia innegable” en el
rendimiento de sus hijos. En este sentido, continúa,
“parecen especialmente determinantes las condiciones en las
que viven las familias de origen árabe musulmán por tener
menor nivel educativo, padecer en mayor medida la falta de
empleo y disponer de menos recursos”. Estas afirmaciones se
recogen como una de las conclusiones del ‘Atlas del fracaso
escolar de Ceuta’ realizado gracias a una serie de encuestas
hechas a alumnos y padres de ESO.
La definición de fracaso escolar, referenciada en este
trabajo, se sintetiza en el porcentaje de alumnos que no
obtienen la titulación que acredita el haber finalizado
satisfactoriamente la educación obligatoria. Ceuta posee uno
de los niveles más bajos de graduación de toda España. Según
estadísticas oficiales, únicamente el 48% de los estudiantes
que realizaba los estudios en el curso 2005-2006 logró
graduarse, estando Ceuta 21 puntos por debajo de la media
nacional.
El porcentaje de no titulados en Ceuta se ha mantenido
durante el inicio de siglo bordeando el 30 por ciento. Muy
por debajo de la media nacional. Ceuta está, asimismo, entre
las comunidades que más ha aumentado el porcentaje de no
graduados en ESO, según se refleja en el estudio.
El entorno familiar
Uno de los agentes educativos más importantes en la vida del
alumno es la familia a la que pertenece. Es por ello que
gran parte de las desigualdades educativas del menor tienen
su origen en este ámbito. La configuración étnica-religiosa
de la ciudad de Ceuta, se refleja como es lógico también en
las aulas. De este modo, 2 de cada 3 familias de estudiantes
de ESO son de origen cristiano-europeo y 1 de cada 3 de
origen árabe-musulmán, según se desprende del estudio.
El tipo de familia que cuenta con mayor numero de miembros
en el hogar son las de origen musulmán. Una de cada seis
familias (16%) de origen musulmán están compuestas por más
de 8 miembros. Sin embargo, la media de miembros por hogar
de origen cristiano es de 4,25.
Los autores de este informe consideran que la distribución
de roles familiares en el hogar va a ser un “factor
fundamental para predecir posteriormente la trayectoria
académica de los hijos”. Así, se reseña que mientras en las
familias de origen cristiano la incorporación de la mujer al
mundo laboral parece haber trascendido, en las familias de
origen musulmán este proceso no ha terminado de calar.
Mientras el 69,3% de las madres de alumnos cristianos afirma
estar trabajando, sólo el 25% de las mujeres musulmanas
consultadas se encuentra en esa situación. En este sentido
las madres de alumnos de origen árabe-musulmán tienen en
mayor grado el estatus de paradas (22,3%).
Las condiciones laborales de los padres que trabajan,
también muestran importantes desigualdades entre ambas
comunidades. Las condiciones más precarias recaen en la
mayor parte de los casos en los padres musulmanes, el
porcentaje de estos que dice trabajar a tiempo parcial
(16%), cuadruplica el de padres cristianos (4%). Por el
contrario el porcentaje de padres de origen cristiano que
trabajan por cuenta ajena con un contrato indefinido es del
48% frente a solo el 18% de los padres musulmanes.
Otro dato revelador del estudio indica que el 60% de los
padres de origen cristianoeuropeos se sitúan económicamente
por encima de los 1.500 euros, mientras que el 50% los
padres de origen musulmán se sitúan por debajo de los 1.000
euros mensuales.
En lo relativo al nivel educativo de los padres de alumnos
las encuestas revelan que que los pertenecientes a la
comunidad árabe-musulmana tienen un nivel educativo muy
inferior al de origen cristiano. Seis de cada diez padres
musulmanes tienen un nivel educativo inferior a ESO,
destacando especialmente el porcentaje de ellos que no saben
leer ni escribir (12%). Las diferencias son aun más acusadas
cuando se compara entre las madres.
El estudio resume que el mayor nivel de concentración de
padres y madres analfabetos y con menos estudios se produce
en los centros de carácter público.
Los autores recuerdan que el progreso educativo de los
alumnos está, en parte, determinado por el papel de la
familia como agente educativo. Los padres tienen como papel
reforzar lo aprendido por el alumno en clase.
El grado de implicación de los padres, según el estudio,
parece ser importante ya que el 92% dice hablar casi a
diario con sus hijos sobre su educación. Sólo un 1,2%
reconoce que habla poco o nada. Los autores han podido
comprobar que las familias de origen cristiano muestran un
mayor interés por los estudios de sus hijos, que aquellos de
origen musulmán.
Expectativas de éxito
Curiosamente las familias musulmanas tienen más confianza
que las cristianas en que sus hijos cumplirán la educación
postobligatoria no universitaria. La tendencia cambia cuando
se trata de la Universidad. En este sentido el informe
relaciona el nivel de estudios alcanzado por la madre con
las expectativas educacionales de sus hijos. Así, a menor
nivel de formación, menos se exige a los vástagos.
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