Las pequeñas mafias se han apoderado del circuito creado en
el pase diario de mercancías por el Biutz... y lo controlan.
Este es el claro trasfondo de una ‘bronca’ casi diaria
entorno a las naves del Tarajal donde los comerciantes han
perdido toda capacidad de venta en un terreno supuestamente
privado de los propietarios de unas naves en las que más del
cincuenta por ciento no cumplen normas reglamentarias y en
las que la ilegalidad ha venido campando a sus anchas
durante los últimos años.
Dejando al margen a aquellos propietarios reglados y
‘cumplidores’ [las naves no contaban con permisos de
apertura y ahora se está procediendo a regularizarlas], el
caos es lo predominante en el intensísimo tráfico de
porteadores [hombres y mujeres] por el ‘tubo’ del Biutz. Un
acceso que pasó de ser la panacea y la gran solución de los
comerciantes de las naves cuando solicitaban su apertura con
reiteración, a ser el motivo de las penurias que ahora
padecen unos indignados empresarios porque, aunque no lo
digan en voz alta, las pequeñas mafias son las que
‘controlan’ verdaderamente el negocio.
El paso del Biutz y el tráfico de bultos y porteadores es
algo que se domina y maneja entre tres o cuatro ‘capos’ de
uno y otro lado de la frontera.
Los fardos, centenares que a diario cruzan por el paso
habilitado cerca de lo que un día fue el puente de la
cerveza [por allí estaba la fábrica de la célebre ‘Africa
Star’], no son propiedad de los comerciantes de las naves
instaladas en el Tarajal. Provienen de otros puntos de la
ciudad, los manejan otros ‘empresarios’ y el negocio les
pasa diariamente por el bigote a los que verdaderamente se
encuentran en el polígono instalados y en vías de
regularización. Son los que ahora elevan la voz disonante y
crítica a una administración a la que claman para frenar lo
que se les ha ido de las manos. Actualmente, esto tampoco lo
dicen los comerciantes en los conductos oficiales, las naves
que han sido sometidas al ‘castigo’ del cierre promovido por
la Ciudad Autónoma se utilizan como consignas para ‘guardar’
fardos de madrugada y situarlos en primera línea en la fila
del Biutz antes del amanecer. Evidentemente las naves
cerradas no podrían realizar estas maniobras, pero lo cierto
es que saltándose todo control policial [la de la Ciudad
Autónoma], lo suelen hacer.
La ‘conexión’ funciona de tal modo que cada ‘capo’
identifica claramente sus fardos con un número como mensaje
a los funcionarios marroquíes para que éstos [previamente
‘engrasados’] activen el paso de esa concreta mercancía.
Todo tiene un precio y se distingue entre textil y
alimentación. Pero a una media de 10 dirhams por bulto de
‘mordida’ y otros 10 del porteador por entrar [15.000
diarios], la cifra millonaria mensual produce realmente
vértigo y muchos beneficios al otro lado de la frontera..
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La administración local se ha propuesto regular sí o sí la
actividad de las naves del Tarajal
La Ciudad ha entregado 18
licencias de apertura mientras que hay 47 naves sobre las
que pende el cierre. Por otro lado, Fomento mantiene en
tramitación 144 expedientes. Además hay 18 licencias
pendientes del informe de Sanidad o Bomberos. El dato
significativo es el número de expedientes en trámite. La
Ciudad ha cogido el toro por los cuernos en cuanto a su
parte competencial. La falta de documentos, las
complicaciones de hallar a los verdaderos propietarios -los
originarios-, los traspasos de propiedades de las
concesiones que se han venido produciendo de un modo
irregular... y todo ello sin licencias de apertura alguna
hasta ahora en que la administración local ha tomado cartas
en el asunto. Los cuatro polígonos están siendo delimitados
en cuanto a la tramitación y se trabaja en la creación de un
reglamento de actividades inocuas que proporcione las bases
para la agilización de los trámites administrativos para la
oportuna concesión de licencia de actividades. Las naves del
Tarajal se encuentran en fase de regularización.
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