La necesidad de controlar el flujo de porteadores por el
Biutz obliga a los agentes de la UIP de la Policía Nacional
a extremar las medidas para velar por el orden. Así varias
de las calles que dan a la puerta trasfronteriza quedan en
la práctica cerradas al tráfico de vehículos y casi también
de personas. Los comerciantes del polígono se muestran
enojados por que, según estos, además de impedir la
circulación de los clientes y turistas por las calles,
también dificultan el acceso a las naves de los vendedores.
“La Policía Nacional impide la libre circulación por las
calles del polígono”, denunció Mohamed Ahmed.
La libertad de circulación es, para los comerciantes, una
cuestión ineludible que debe estar garantizada para
propiciar la normal actividad comercial en la instalación.
“Cómo es posible que algo así pueda ocurrir cuando se trata
de una instalación privada. Las calles son de la comunidad
de propietarios. Encima el día que ocurra una desgracia nos
pedirán a nosotros responsabilidades cuando hay un paso
trasfronterizo que es ilegal y que no queremos”, sentenció
el portavoz del polígono.
La razón oficial para la actuación de la Policía es la
necesidad de canalizar el paso hacia la puerta del Biutz
mediante un vallado de seguridad. Al mismo tiempo la vía se
cierra para ser utilizada como salida de emergencia.
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