Con el planteamiento inicial de un horizonte de desfase
presupuestario en términos de gastos e ingresos corrientes
de 20 millones de euros y una serie de recetas de capacidad
ahorrativa limitada, la Ciudad Autónoma se verá obligada a
meter la tijera en las cuentas de más de una consejería.
“Vamos a intentar congelar de forma absoluta, cuando no
reducir, los gastos de funcionamiento de la Asamblea con
todo aquello que no esté indexado al IPC”, explica el
titular de la cartera de Hacienda, que calcula que así se
conseguirá un ahorro real de tres o cuatro puntos
porcentuales.
El resto saldrá de “los servicios que no consideramos que
son fundamentales para los ciudadanos, como festejos, ocio y
actividades culturales, espacios en los que preveemos un
recorte presupuestario”.
“Es un ejercicio difícil para mí, pero también para todos
los consejeros de Hacienda de España”, apunta Márquez, quien
recuerda que Madrid acaba de congelar la licitación de
cualquier obra pública, en buena medida, supone, “porque la
carga financiera del ayuntamiento de la capital, sobre todo
por la obra de la M-30, que se ha pagado por el ‘método
alemán’, es alta”.
|