El Tribunal del Jurado, tras dos duras sesiones de juicio,
emitió ayer su veredicto. Alrededor de las ocho y media de
la tarde, el marroquí Kassem El Yassini fue declarado
culpable de un delito por asesinato, el crimen acaecido en
Las Caracolas el 23 de spetiembre de 2006, y que tuvo como
víctima a la pequeña Suhaila, de siete años de edad. Tras
emitir la sentencia, la fiscalía solicitó 20 años de
prisión, excluyendo la condena condicional por un delito de
asesinato. La acusación particular, pidió 20 años de cárcel
y una responsabilidad civil de 125.000 euros. Por su parte,
la defensa requiere 15 años por homicidio.
”El Tribunal del Jurado declara al acusado, culpable”. Este
fue el veredicto emitido por los jueces populares sobre las
ocho y media de la tarde de ayer, en un clima de tensión y
dolor de todos los que se encontraban allí presentes.
Kassem El Yassini, cabizbajo y abatido durante los dos días
de juicio, fue declarado ayer responsable del asesinato de
la pequeña Suhaila. Negando su defensa, sin prestar
declaración alguna, y sin apenas respirar o alzar la vista,
el presunto asesino no modificó su comportamiento, ni
siquiera en el momento en que su “amigo”, el contacto de
Ceuta que lo engañó el día de su detención, lo acusara
delante de toda la sala. Una actitud de ni siento, ni
padezco y mucho menos, me defiendo.
Ante el delito de asesinato por el cual ha sido declarado
responsable, Kassem El Yassini podría enfrentarse a 15 ó 20
años de prisión y una prohibición de residencia en Ceuta de
10 años. El fiscal, José Luis Puerta, solicitó una pena de
20 años de cárcel excluyendo la condena condicional.
Asimismo, la acusación particular, representada por la
letrada Lucinia Llanos, pidió nuevamente 20 años de prisión,
10 de exilio y una responsabilidad civil de 125.000 euros
por daños morales y psicológicos a la madre de la pequeña
Suhaila, Mina Ahmed Abdeselam. Por su parte, la defensa, a
cargo de la abogada de oficio, reclamó una condena de 15
años por homicidio. El juicio quedó visto para sentencia y
en los próximos días se prevé que el presidente del Tribunal
de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta dicte la última
palabra y cierre el expediente sobre el crimen de Las
Caracolas.
Durante la sesión de ayer, que concluyó con las
declaraciones del contacto de Ceuta y los informes de los
médicos forenses, se aportaron los datos más escalofriantes
del caso así como la operación de engaño para poder detener
al acusado.
El primero en presidir la plataforma y acomodarse frente al
presidente del Tribunal de la Audiencia Provincial fue el
intermediario que convenció a Kassem El Yassini para su
entrega a las autoridades españolas. Según comentó el
testigo, a Kassem y él les unía una relación de amistad, de
ahí que El Yassini se pusiera en contacto con él para
decidir donde celebrarían el mes del Ramadán de aquel
septiembre de 2006. Acto seguido y en conocimiento del lugar
donde se encontraba el acusado, escondido en Marruecos, el
testigo se puso en contacto con los familiares de la pequeña
Suhaila, a los que conocía por la relación sentimental que
mantenía su “amigo”, Kassem El Yassini, con la madre de la
menor, Mina Ahmed Abdeselam. Una vez conocidos los hechos,
entraron en juego las autoridades españolas quienes
exigieron al testigo, en aquel momento, que convenciera al
acusado de su regreso a Ceuta argumentándole que la niña
continuaba con vida y que sería mejor que se entregase en la
ciudad autónoma. En este momento de la declaración el fiscal
preguntó al testigo si en algún momento el presunto asesino
le había comentado lo ocurrido, es decir, si había degollado
a la pequeña o cualquier detalle que le hicieran saber que
él fue el responsable de su muerte. A lo que el testigo
respondió, firme y convencido, que no.
Tras la intervención del intermediario, subieron al estrado
los médicos forenses, quienes explicaron el crimen detalle
por detalle, y verificaron las perfectas condiciones
psicológicas en las que se encontraba el acusado según
consta en los informes.
No faltaron en la jornada de ayer los gritos sofocados y las
lágrimas de añoranza por la pequeña en un episodio muy
triste reencarnado en la figura de la madre y la hermana de
la pequeña Suhaila quienes clamaron justicia por la querida
niña.
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