No se puede decir de otra manera, David Bustamante triunfó
en la calurosa noche del pasado miércoles en Ceuta. El
público presente en el auditorio disfrutó bastante y esto se
manifestó en sus propios rostros y en el excelente ambiente
que se respiraba dentro de un auditorio que estaba hasta la
bandera de fans.
El de San Vicente de la Barquera no se conformó con hacer el
papel de ‘triunfito’ y por segunda vez en menos de tres años
(para desgracia de los muchos Ristos que hay en España)
demostró sobre el escenario caballa que se puede ser
‘Producto’ sin necesidad de otros argumentos que no sean
calidad y profesionalidad.
El cántabro con todo su ‘equipo’ hizo posible que el
auditorio de ciudad autonoma de Ceuta volviera a llenarse
después del fiasco musical del ‘hijísimo’, gente de todas
las edades (con predominio de las jovenes) y muchas ganas de
hacerlo bien, fueron más que suficiente bagaje para
conseguir el fin que se perseguía: Triunfar. Y vaya si
triunfó...
David hizo un recorrido por todos sus temas, los primeros
(que sonaron cuando tenia poca reputación aunque si un
destacable carácter y un notable margen de mejora) y los que
contemplan su último trabajo discográfico. Cuanto exponía en
el escenario, era vitoreado, seguido y cantado por un
público fiel y entregado que no le dejó solo en ningún
momento. El artista, que salió al escenario a lo grande y
con ganas desde el primer momento. trajo consigo, además de
su talento y naturalidad, un equipo de profesionales (sus
músicos) que demostraron el por qué han sido seleccionado
por la discográfica del propio David Bustamante. Artífices
del buen gusto musical y su mejor ejecución, estos musicos
pusieron en el disparadero del buen hacer a un David
Bustamante que ejerció como lider de la banda durante todo
el recorrido musical de la noche.
Para este concierto, además del sonido y las luces
contratadas para todas las actuaciones, el artista de la
Barquera reforzó, con parte de su genial equipo habitual en
las giras, el conjunto tecnico colectivo con un mayor número
de pantallas y muchos mas watios de potencia, lo que
propició a los sentidos un efectó tremendo en los sonidos
bajos y en la voz del propio artista, que paso de ser
‘engolada’ en los primeros compases de la interpretación a
su habitual textura con la que mantiene un excepcional
comunicación con los asistentes de sus espectaculos. Todo
ello, aderezado genialmente con un saber estar en el
escenario y una naturalidad impropias que son participes de
convertir como en la noche del miercoles a los más
escépticos de los asistentes en notables y evidentes fans
declarados del artista cántabro mientras canta.
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