Julio Iglesias Jr. cantó en el auditorio central de la feria
su tercer concierto en España ante un público al que le
costó entender que no era el hijo de, sino un artista con
muchas ganas y mejores intenciones, aunque su música aun
sigue sin calar en el ‘gran común’.
El artista intentó desde el primer momento que los
asistentes creyeran en él, lo que logró en algunos momentos
y en otros no, aunque a decir verdad, las primeras canciones
costaron arrancar las palmas y, con el paso de las mismas,
el respetable se fue identificando con la actuación.
El concierto tenía un precio de 5 euros pero la
organización, sobre las 21:00 colgó un cartel donde se decia
más o menos que “con motivo del día de la Virgen de Africa,
Patrona de Ceuta, la ciudad autónoma invita a todos los
ceutíes a disfruar gratuitamente de este concierto”; en ese
sentido cabe decir que incluso siendo de entrada gratis, el
público ‘tardó en encontrar la puerta’ y eso, que son
bastantes grandes y visibles, por lo que el resto lo dejamos
a su imaginación.
Por lo que respecta al sonido, la empresa encargada del
montaje en el auditorio estuvo a la altura de las
circustancias, si bien hay que entender que el artista en
cuestión sigue estando algo verde y por tanto se
sobreentiende que no llegara a explotar el máximo a dicho
montaje.
Julio Iglesias Jr. hizo acto de presencia con veinte minutos
de retraso sobre el horario establecido (aunque este es un
problema más de la organización que del propio artista). Los
que asistíamos a dicho evento esperábamos una puesta en
escena inicial mucho más llamativa y sin embargo, nos
encontramos con un Julio Iglesias Jr. que no irrumpió en las
tablas de ninguna forma ‘explosiva’ por no decir original.
Salió como un músico más, casi de soslayo, y hasta el
segundo tema no nos deleitó con un ‘buenas noches Ceuta’. El
cantante se instaló en viejos temas remozados y los nuevos
de su disco ‘Por la mitad’ intentando con unos, hacernos
vivir otros momentos (que no llegaron por cierto) y con los
otros, vender su imagen y su voz...
En la segunda canción el artista consideró que era
importante sacar a relucir su condición de privilegiado y
asomó al escenario con una guitarra Gibson valorada en mas
de 3000 euros. El concierto duró algo más de una hora y no
cubrió la expectativas.
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La actuación fue de menos a más aunque no fue del todo
triunfal
El pequeño concierto que nos
regalo Julio Iglesias Jr. dejó detalles que no terminaron de
encajar en lo que venía publicitado en el programa de feria
, detalles como por el ejemplo el precio de la entrada que
la organización se encargo de abaratar con motivo de la
festividad de la Virgen de Africa. Luego la puesta en escena
fue bastante flojilla y la más que evidente reacción del
público fue poca participación y falta de motivación para
encontrarse identificado con las canciones que nos brindo.
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