La Sirena fue construída en 1913 como señal marítima para
avisar a las embarcaciones cuando había bancos de niebla tan
densos que imposibilitaban la visibilidad de las luces del
Faro de Cerro Mosquero, que entró a funcionar en 1855. El
sonido de la estación era de una gran peculiaridad, lo que
le valió el sobrenombre de “la vaca”, al parecerse a los
mugidos del animal. En 1957 pasó a manos de la Dirección
facultativa del Puerto. Más tarde, en 1975, se pensó en la
posibilidad de crear en la edificación un Museo del Mar. El
ingeniero director del Puerto no presentó reticencias a la
reutilización por parte del Ayuntamiento de este proyecto
pero al final no fructificó. En 1980 La Sirena prácticamente
no tenía uso y fue definitivamente abandonada cuando se
instaló en el faro un sistema moderno de sonido. Desde
entonces no ha vueltoa ser habitada.
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