El edificio de la Sirena, situado al Nordeste del cabo de
Punta Almina, está emplazado en uno de los lugares
privilegiados de los acantilados del monte Hacho. La única
edificación en lo alto de un pequeño saliente del accidente
geográfico, el espacio transmite un sensación singular de
soledad y abandono. Un lugar que la naturaleza ha ido
recuperando poco, con las briznas de hierbas creciendo entre
el adoquinado, rodeado de la roca desnuda del acantilado y
una multitud de gaviotas que se han enseñoreado del lugar. Y
por supuesto del mar, omnipresente siempre en el monte
Hacho.
El edificio es de planta rectangular, desarrollada en planta
baja y cubierta, una estructura muy horizontal que se
embellece con la verticalidad del acantilado. La Sirena está
completamente tapiada, anteriormente sirvió como referencia
acústica para las embacaciones que se acercaban a la costa
ceutí en los días de densa niebla emitiendo tres
reconocibles sonidos de gran singularidad. El estado del
edificio, pese al largo periodo de abandono, no es ruinoso.
La fachada presenta un buen estado de conservación excepto
por las numerosas pintadas que decoran el edificio. El
inmueble ya no conserva ningún tipo de carpintería y se ha
producido la entrada de agua, de ahí que se haya tapiado
cualquier tipo de acceso. Se ha cubierto de ladrillo los
ventanales y se ha sellado completamente la puerta de
entrada para mejorar su conservación. La distribución
interior, según el informe de Delegación ya que el acceso no
es posible, se encuentra completamente perdido. Se
correspondía a su función de albergar señales acústicas para
el aviso de los barcos. El edificio se distribuía en una
habitación para el técnico encargado de la instalación,
despachos para la administración, un departamento de
máquinas y talleres, varios almacenes y depósitos, un patio
adosado a la parte posterior, que es la única parte que se
puede conocer hoy en día, y un aljibe situado debajo del
vestíbulo que recogí el agua procedente de la azotea.
Obras en los senderos
La Delegación del Gobierno se ha propuesto mejorar la imagen
del lugar y dotarla de un uso del que carece desde que fue
abandonado en el año 1980, hace ya 38. El primer paso ha
sido recuperar los caminos de acceso a la batería de defensa
que se sitúa por detrás de la edificación y el mirador del
Faro de Punta Almina. La fuerte pendiente que da acceso a la
Sirena desde la carretera de circunvalación ya se ha
regularizado con el empleo de mampuesto de piedra y refuerzo
con hormigón armado. La diferencia entre el adoquinado del
suelo de la construcción y el camino de acceso es notable.
En las próximas semanas comenzarán los trabajos de pintado y
adecentación sobre el propio hormigonado gris de la vía que
ahora está desnudo. Estas labores empezarán cuando concluya
la construcción del sendero de 60 metros paralelo a la playa
Benítez que la Delegación está construyendo.
“El próximo sendero que se recuperará será el que va desde
la batería de defensa al mirador del monte Hacho, hemos
querido poner en valor esa zona con el objeto de recuperar
la imagen de los edificios pertenecientes al Estado” explico
el delegado de Fomento en Ceuta, Jesús Padillo. El sendero
tiene unos 40 metros de largo y servirá para conectar
definitivamente las tres zonas y alzar el valor natural y de
disfrute paisajístico de toda la zona.
Además ya se ha instalado el cableado de electricidad y la
red de saneamiento para posibilitar los futuros usos que se
busquen para el emblemático edificio.
La financiación de la rehabilitación del entorno de La
Sirena y de los primeros trabajos en el edificio ha supuesto
un desembolso de unos 300.000 euros.
|