La reducción de mandos también está relacionado con la ley
del Invifas, ya que, la posibilidad de ser destinados de
manera forzosa a otra ciudad crea una situación de ansiedad
e inseguridad en las familias. Figúrese que es militar y le
dan una casa de Invifas en Ceuta. ¿Qué hace? ¿Invierte en
una vivienda para tenerla como propiedad privada? Si fuera
la señora del marido, ¿buscaría trabajo para saber que en un
año debe dejarlo por otro destino? Según la ley, en el
momento en el que un militar es destinado a otra ciudad, la
familia pierde el derecho de permanecer en esa vivienda y
debe acompañar al titular, con lo que hace inútil ascender
para luego regresar a la ciudad de origen; y más inútil aún,
buscar destino en Ceuta para tener que marcharse al poco por
un destino forzoso al quedar disponible.
Al igual que la ley de 1999, la reestructuración del
Ejército ha sido una medida drástica, donde no se está
siendo generoso con los plazos de tiempo dados para hacer un
traslado, pero no uno cualquiera, sino el traslado de la
vida. “Con la política de Defensa que tienen ahora, ¿a ver
quién hace planes de futuro?”, comentó el abogado. El
Invifas ha hecho una legislación “demasiado extremista; ha
pasado de permitir todo a no permitir nada. Al que pilla en
medio no sabe cómo reaccionar. Podrían quitar todas las
viviendas y dar una ayuda al que llega”, terminó.
|